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Recientemente se ha revisado la Directiva sobre la Eficiencia Energética de los Edificios de la UE de 2018 (2018/844/UE) (DEEE), la principal Directiva de la UE que establece la norma energética de los edificios que forma parte del paquete «Fit for 55» y establece la visión para lograr un parque de edificios con cero emisiones para 2050. La propuesta de reforma se publicó el 15 de diciembre de 2021, los colegisladores alcanzaron un acuerdo político en diciembre de 2023, y la Comisión publicó su adopción final el 12 de abril de 2024, mucho antes de la revisión inicialmente prevista para el 1 de enero de 2026.
La propuesta de la Comisión hace de los edificios de emisiones cero la nueva norma para los edificios nuevos e impulsa la independencia energética de Europa, en consonancia con el Plan REPowerEU, estableciendo el marco para que los Estados miembros reduzcan las emisiones y el consumo de energía en los edificios de toda la UE, desde los hogares y los lugares de trabajo hasta las escuelas, los hospitales y otros edificios públicos.
Nuevas Reglas
La Directiva revisada fija objetivos ambiciosos para reducir el consumo energético global de los edificios en toda la UE, teniendo en cuenta las especificidades nacionales. Deja en manos de los Estados miembros los edificios a los que debe dirigirse y las medidas que deben adoptarse.
Según las nuevas normas, todos los edificios residenciales y no residenciales nuevos deberán tener cero emisiones in situ procedentes de combustibles fósiles, a partir del 1 de enero de 2028 para los edificios de propiedad pública y a partir del 1 de enero de 2030 para el resto de edificios nuevos, con posibilidad de exenciones específicas. La Directiva reforzada contiene nuevas disposiciones para eliminar progresivamente los combustibles fósiles de la calefacción de los edificios e impulsar el despliegue de instalaciones de energía solar, teniendo en cuenta las circunstancias nacionales. Los Estados miembros también tendrán que garantizar que los nuevos edificios estén «preparados para la energía solar». También impulsará la adopción de la movilidad sostenible gracias a disposiciones sobre precableado, puntos de recarga para vehículos eléctricos y aparcamientos para bicicletas.
Para cumplir estos objetivos, las nuevas normas exigen a los Estados miembros que adopten sus propias trayectorias nacionales para reducir el consumo medio de energía primaria de los edificios residenciales en un 16% para 2030 y entre un 20% y un 22% para 2035. En cuanto a los edificios no residenciales, tendrán que renovar el 16% de los edificios con peor rendimiento para 2030 y el 26% para 2033. Los Estados miembros tendrán la posibilidad de eximir de estas obligaciones a determinadas categorías de edificios residenciales y no residenciales, incluidos los edificios históricos o las residencias de vacaciones. Se apoyará a los ciudadanos en sus esfuerzos por mejorar sus viviendas.
Además, los Estados miembros deberán elaborar planes nacionales de renovación de edificios para eliminar gradualmente las calderas de combustibles fósiles antes de 2040. Además, las nuevas normas exigen que todos los edificios nuevos estén equipados para albergar instalaciones de energía solar, como dispositivos fotovoltaicos en los tejados, Además, las nuevas normas exigen que todos los edificios nuevos estén equipados para albergar instalaciones de energía solar, como dispositivos fotovoltaicos en los tejados, así como puntos de recarga para vehículos eléctricos y aparcamientos para bicicletas.
En virtud de las nuevas normas, los Estados miembros aplicarán medidas de asistencia técnica y apoyo financiero para facilitar la renovación de edificios con cero emisiones, centrándose en los hogares vulnerables.
Eliminación progresiva de los combustibles fósiles
Para garantizar la descarbonización del sector de la edificación, el Plan de Acción de la UE sobre el Cambio Climático destaca la necesidad de eliminar gradualmente los combustibles fósiles en la calefacción para 2040, centrándose principalmente en las calderas alimentadas por combustibles fósiles. Para entonces, las emisiones directas del sector de los edificios deberán haber disminuido entre un 80% y un 89%.
Aunque no hay una fecha obligatoria para la instalación de nuevas calderas alimentadas con combustibles fósiles, la DEEE introduce una base jurídica clara para las prohibiciones nacionales, permitiendo a los Estados miembros establecer requisitos para los generadores de calor basados en las emisiones de gases de efecto invernadero, el tipo de combustible utilizado o una parte mínima de energía renovable utilizada para calefacción. Muchos Estados miembros consideran que estas medidas son esenciales para conseguir un parque inmobiliario descarbonizado y mejorar la calidad del aire y la salud.
Por último, para fomentar el rápido despliegue de sistemas de calefacción con cero emisiones directas, los nuevos edificios con cero emisiones no deben provocar ninguna emisión de carbono in situ procedente de combustibles fósiles.
Fomento de las energías renovables
Además de la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, existe un requisito específico para que todos los edificios nuevos estén «preparados para la energía solar», lo que significa que deben ser aptos para albergar instalaciones fotovoltaicas o solares térmicas en tejados en una fase posterior sin costosas intervenciones estructurales.
Los Estados miembros también deben garantizar el despliegue de instalaciones solares adecuadas en los grandes edificios públicos existentes y en los edificios no residenciales existentes que se sometan a reformas importantes.
Además, en los edificios con emisiones cero, el 100% del consumo anual total de energía primaria deberá cubrirse con energía renovable generada in situ, en las proximidades o a partir de una comunidad de energías renovables, energía procedente de un sistema urbano eficiente de calefacción y refrigeración o energía procedente de fuentes libres de carbono.
VE
Dado que se espera que una gran parte de la recarga tenga lugar en edificios, la DEEE revisada establece requisitos para la infraestructura de recarga y precableado en edificios y aparcamientos adyacentes, tanto en el hogar como en el lugar de trabajo.
También hay un nuevo requisito para que los puntos de recarga soporten la recarga inteligente y, en su caso, la recarga bidireccional, que también está en consonancia con la Directiva sobre energías renovables qué, como se mencionó en un blog anterior, facilita la integración de las energías renovables en la red y ayuda a descarbonizar el sistema energético.
Mayor transparencia
Los Certificados de Eficiencia Energética (CEE) son la herramienta elegida para certificar el rendimiento de nuestros edificios.
La revisión incluye medidas para que los CEE sean más claros, fiables y visibles, y para basarlos en una plantilla común a los 27 Estados miembros de la UE con una serie de indicadores sobre energía y emisiones de GEI, y otros voluntarios.
Con el CEE revisado, habrá una escala común de la A a la G. La calificación «A» corresponderá a los edificios con cero emisiones, mientras que la «G» corresponderá a los edificios con peores resultados de cada país.
Esto beneficiará a propietarios, compradores e inquilinos de edificios, instituciones financieras y autoridades públicas, ya que permitirá un sistema más claro y sencillo de clasificación de los edificios, facilitando el acceso a la financiación, al tiempo que será flexible y adaptable a las características nacionales del parque inmobiliario.
Además, los CEE tendrán que expedirse y mostrarse en más puntos de activación que en la actualidad, incluso en caso de reformas importantes y de renovación de un contrato de alquiler, para concienciar a propietarios e inquilinos de edificios.
Financiación
La Directiva revisada garantiza que los Planes Nacionales de Renovación de Edificios deben permitir el despliegue de financiación suficiente a nivel nacional y ayudar a impulsar la inversión privada a escala. Se exige a los Estados miembros que incluyan un resumen de las políticas y medidas nacionales que potencian y protegen a los hogares y edificios vulnerables para los que las renovaciones son más rentables y aportan mayores ahorros.
Se calcula que entre 2023 y 2030 habrá disponibles más de 100 000 millones de euros de financiación de la UE para apoyar las renovaciones.
Además, el nuevo Fondo Social para el Clima establecido en el marco del Pacto Verde Europeo movilizará 86 700 millones de euros para el período 2026-2032 para ayudar a los hogares vulnerables y a las microempresas con renovaciones energéticas.
Emisiones en todo el ciclo de vida
Las nuevas normas dan varios pasos positivos para abordar las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de todo el ciclo de vida de los edificios. No sólo las emisiones de carbono vinculadas a la fase de uso del edificio, sino también las emisiones relacionadas con la fabricación de materiales, el transporte, la construcción, el mantenimiento y la deconstrucción de un edificio.
Las emisiones de GEI del ciclo de vida deberán calcularse y divulgarse a través de un CEE para todos los edificios nuevos a partir de 2030, con el fin de informar a los ciudadanos y a las empresas. Por lo tanto, tomar buenas decisiones sobre prácticas y materiales de construcción eficientes puede tener un gran efecto en este sentido.
La Directiva revisada se firmará y publicará en el Diario Oficial de la UE y entrará en vigor en las próximas semanas. Posteriormente, los Estados miembros dispondrán de dos años para incorporar las disposiciones de la directiva a su legislación nacional.
Por último, se espera que la Comisión revise la Directiva antes de 2028, a la luz de la experiencia adquirida y los progresos realizados durante su aplicación, con el fin de asegurarse de que Europa está en el buen camino para lograr un parque de edificios totalmente descarbonizado en 2050.
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