Pacto Verde Europeo en Riesgo

Con la firme ambición de alcanzar la neutralidad climática en 2050, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, inició su mandato al frente de la Comisión Europea en 2019 con gran éxito. Su iniciativa emblemática, el Pacto Verde Europeo, creó un compromiso legal para que la UE y sus Estados miembros se convirtieran en el primer continente con emisiones netas cero para 2050.

¿Qué significa el Pacto Verde para Europa?

El Pacto Verde fue puesto en marcha por el Gobierno actual para ayudar a Europa en su transición hacia una economía eficiente en el uso de los recursos y hacer frente al cambio climático, reducir la dependencia de los combustibles fósiles, aumentar la seguridad alimentaria y, en última instancia, generar cero emisiones netas de carbono para 2050.

El Pacto Verde orquestó una serie de objetivos y propuestas para revisar y crear nuevas leyes dirigidas a los esfuerzos de reducción de emisiones en todos los sectores, con objetivos intermedios fijados para 2030.

La mayoría de estas propuestas ya han sido aprobadas y están en proceso de transposición a nivel nacional, lo que supone un gran éxito para Von der Leyen y la Comisión.

Pero…

Si pasamos a 2024, el Pacto Verde Europeo podría estar amenazado. Tras la sucesión de varias crisis como la pandemia COVID-19, la invasión rusa de Ucrania y la subsiguiente crisis energética, el desacuerdo sobre la velocidad de la transición climática europea está alimentando el auge de los partidos de extrema derecha en Europa en detrimento de los Verdes, que ahora cuentan con menos apoyo de los votantes.

Esto ha provocado la dilución o, en algunos casos, la cancelación de iniciativas legislativas, y la aplicación del Pacto Verde se ha visto a menudo obstaculizada, sobre todo debido al insuficiente compromiso político para integrar los objetivos climáticos en otras políticas (en particular las que afectan a los sectores agrícola y químico).

Retos para la próxima legislatura

Con las elecciones europeas, previstas del 6 al 9 de junio de 2024, a la vuelta de la esquina y el consiguiente nombramiento de una nueva Comisión Europea, la siguiente fase de la transición europea hacia la neutralidad climática está a punto de comenzar. La aplicación es uno de los elementos para poner en marcha estos expedientes, y el dinero también será muy importante para impulsar el despliegue de las tecnologías y garantizar que se puedan alcanzar los ambiciosos objetivos climáticos.

Por lo tanto, a lo largo del próximo mandato habrá que poner en marcha o revisar parte de la legislación, y algunos diputados del Parlamento Europeo pueden aprovechar la ocasión para presionar con una pausa en algunos de los objetivos más polémicos.

Estos son algunos de los retos clave que nos esperan en un futuro próximo para garantizar una aplicación eficaz del Pacto Verde Europeo:

Aplicación del paquete «Fit for 55»: los Estados miembros de la UE deben transponer a sus legislaciones nacionales la mayoría de las nuevas leyes climáticas de la UE. Nuevas normativas como la Directiva de Energías Renovables y Eficiencia Energética, el Mecanismo de Ajuste en la Frontera del Carbono y la Ley de Industria Neta Cero deberían, si se aplican con éxito, impulsar la producción europea de tecnologías limpias clave y nuevas con el apoyo de productores e importadores extranjeros.

Ley Europea del Clima: Con los objetivos fijados para 2030 y 2050, los Estados miembros de la UE tendrán que acordar un nuevo objetivo provisional para 2040. Tras la publicación de la Comunicación sobre el objetivo climático para 2040 en febrero de 2024, que se inclinaba por un objetivo del 90 % para 2040, la Comisión presentará una propuesta legislativa de revisión de la actual Ley Europea del Clima en la primera mitad de la nueva legislatura.

Gestión industrial del carbono: La Comisión mostró su apoyo a la Captura, Utilización y Almacenamiento de Carbono con la publicación de su comunicación sobre en febrero de 2024, pero deberían presentarse propuestas más concretas durante el próximo mandato.

Reglamento sobre diseño ecológico: Para la economía circular, la Comisión ha avanzado en la creación de un nuevo plan de circularidad en el diseño de productos. Productos como los textiles y los muebles se enfrentarán a nuevos y estrictos requisitos de diseño e información.

Reglamento de la UE sobre deforestación: Este reciente reglamento establece requisitos de diligencia debida para los productores de materias primas relacionadas con la deforestación y la degradación forestal, y empezará a aplicarse a finales del año en curso.

«Greenwashing»: la nueva directiva que pretende que el etiquetado de los productos sea más claro y fiable, y que está pensada para trabajar conjuntamente con la Directiva de Alegaciones Verdes, está ahora a la espera de su aprobación final por parte del Consejo y debería aplicarse a partir del 27 de septiembre de 2026.

Actualmente, el proceso de aplicación de todas estas normativas sigue estando muy politizado, lo que tiende a crear una narrativa generalmente negativa de lo que supone la transición ecológica. Sin embargo, el cambio climático es un problema mundial y se reitera continuamente la urgencia de actuar de conformidad con el Acuerdo de París de 2015 y limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C para finales de este siglo.

Por lo tanto, en última instancia, los responsables políticos no pueden ignorar la continuación de la agenda europea del Pacto Verde porque, sin la reducción de emisiones, la UE no alcanzará sus ambiciosos objetivos climáticos y la presión de las diferentes partes interesadas, los actores de la sociedad civil y los ciudadanos sigue siendo alta.

Así pues, no cabe duda de que veremos algún movimiento en el próximo mandato de la Comisión Europea, pero la pregunta es: ¿serán los objetivos climáticos la gran prioridad y veremos una reducción de la burocracia por encima de la introducción de leyes más respetuosas con el clima?

 

Prisicila Scheel  |  Decarbonization Head

 

 

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