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Francia ya tiene un nuevo presidente. Finalmente, Emmanuel Macron, del partido centrista europeísta “En Marche!”, ha sido el elegido por los franceses para que lleve a cabo la nueva legislatura durante los próximos cinco años. En esta nueva etapa, nos preguntamos ¿cuál será el futuro energético de un país donde la energía nuclear tiene un rol principal en su mix de generación y cuyas políticas energéticas afectan a nuestro mercado eléctrico?
Francia tiene dos caminos en lo que se refiere a su modelo energético:
1) dar continuidad al gran protagonismo de la energía nuclear
2) apostar decididamente por las renovables.
El programa energético de Macron es claro en este sentido, de él se puede concluir que se optará por la segunda opción. Una clara apuesta por las renovables y una eliminación gradual de la dependencia nuclear. En este blog describiremos cuales son los puntos principales de su política energética con el objetivo de clarificar en qué va a consistir la transición energética del país galo.
Energías renovables y eficiencia energética
Uno de los pilares fundamentales en el programa energético del nuevo mandatario francés es su gran compromiso con las energías verdes. En este sentido, Macron plantea invertir en el desarrollo de renovables, con el objetivo de duplicar la capacidad eólica y solar fotovoltaica para el año 2022. Está decidido a simplificar los procedimientos burocráticos para el desarrollo de estas tecnologías y pretende conseguir del sector privado una inversión por valor de 30 millones de euros. La idea del nuevo presidente francés es hacer cumplir la denominada Ley de Transición Energética, aprobada en julio de 2015 por Hollande. En este sentido, se tendrá como meta alcanzar una cuota renovable del 32% del consumo final de energía, y se dará continuidad al plan de llegar a un 40% de generación eléctrica con fuentes limpias para 2030.
Siguiendo con sus medidas en favor del medio ambiente, Macron es partidario de lo que ha denominado la “integración del coste ecológico” en el precio de las emisiones de CO2. Así, el nuevo presidente galo seguirá con el plan de aumentar el impuesto a las emisiones contaminantes hasta los 100 €/tn hacia 2030.
Respecto al Acuerdo de París, su cumplimiento será una prioridad dentro de su agenda internacional. De hecho, Macron ha afirmado que la UE debería sancionar comercialmente a los países firmantes del Acuerdo que no cumplan las medidas acordadas.
Por otro lado, Macron también está a favor de políticas de eficiencia energética. Se tiene prevista la inversión en proyectos de investigación y desarrollo de Almacenamiento Energético y proyectos sobre Redes de Distribución Eléctricas «inteligentes» (Smart Grids). Además, entre sus planes se encuentra el de llevar a cabo un programa acelerado de rehabilitación de viviendas en el corto plazo.
Combustibles fósiles
Si hay un asunto que el futuro gobierno francés ha dejado claro es su política respecto a los hidrocarburos. Macron es partidario de prohibir cualquier exploración de gas o de petróleo.
Respecto la técnica de extracción gasista a través de fracturación hidráulica, el denominado fracking, su postura es clara: prohibición de cualquier nueva exploración. Cabe señalar que actualmente ya existe una moratoria sobre el fracking en el país. Francia ha aplicado hasta ahora el principio de precaución ante las sospechas de contaminación de aguas subterráneas debido a esta técnica de extracción.
Lo mismo se aplicaría para cualquier proyecto de búsqueda de petróleo. Bajo su mandato no se otorgará ninguna licencia de exploración petrolífera.
Además, y en línea con su política de energías limpias, el carbón no tendrá lugar en su modelo energético. Así, según su programa energético, todas las centrales de carbón echarán el cierre en cinco años. Esto significa que lo hará un año antes de lo previsto por el objetivo del anterior gobierno, en 2023.
Energía nuclear
En cuanto a la energía nuclear, la gran protagonista en el mix energético francés, como se ha mencionado antes, Macron mantendrá el cumplimiento del objetivo trazado en la Ley de Transición Energética. Por tanto, su objetivo será el de reducir la cuota de la nuclear en la generación eléctrica del 75% actual a un 50% para 2025. Ahora bien, condicionará todas las decisiones relativas a la renovación de las centrales nucleares, a su desmantelamiento o el lanzamiento de una nueva inversión exclusivamente al resultado de las próximas inspecciones de los reactores existentes. Muchas de ellas se prevén en 2018. Cabe destacar que para cumplir el objetivo del 50% nuclear en 2025, más de un 25% de la producción total de electricidad, que actualmente es de origen nuclear, deberá ser producida por renovables en 2025.
Poco a poco, el respaldo con el que ha contado siempre la tecnología nuclear se va desvaneciendo, tanto en el ámbito político como en el social. La mayoría de partidos políticos están dejando de ser favorables a la nuclear como fuente de generación eléctrica debido al coste de las mejoras de seguridad post-Fukushima, los retrasos y los sobrecostes en la construcción del nuevo reactor de Flamanville 3 en Normandía, además del alto coste de la sustitución de las plantas que pronto alcanzarán su vida útil. Respecto a la opinión pública, el 53% de los franceses estaría de acuerdo con una eliminación progresiva de la energía nuclear en el país. Por tanto, todo hace pensar que no habrá demasiados impedimentos para una transición gradual de un menor peso de la nuclear en el mix energético de Francia.
Source: RTE
Sin duda, este nuevo gobierno representa la continuidad a ser más renovables y menos nucleares para los franceses. Habrá que estar atentos a como se lleva a cabo esta transición energética en Francia. Todo indica que sus planes no encontrarán demasiadas dificultades a la hora de implementarse.
Si de verdad se quieren cumplir los objetivos de cuota de renovables citados anteriormente, no tardaremos mucho tiempo en ver cierres de centrales nucleares en el país vecino. Este hecho podría impactar en nuestro mercado eléctrico, concretamente en los precios tanto en el mercado spot como en el mercado forward. Ya hemos sido testigos de unos precios spot atípicamente elevados en los primeros meses de este año, cuando varios reactores tuvieron que ser parados obligando a España a exportar electricidad a Francia durante un buen periodo de tiempo.
Enrique Battistini | Energy Consultant
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