La Conferencia de las Partes (COP’s), el Foro de Davos, las Asambleas generales de las Naciones Unidas…poco a poco los objetivos de las cumbres internacionales empiezan a tener una interconexión directa con los planes de desarrollo y la publicación de medidas en el ámbito nacional. El pasado martes 21 fecha de salida del foro de Davos, el consejo de ministros aprobó la declaración ante la emergencia climática ambiental, donde el gobierno se compromete a adoptar 30 líneas de acción prioritarias.

¿Qué es el foro de Davos?

El World Economic Forum celebra cuatro reuniones al año. La primera y más importante es la Reunión Anual del Foro Económico Mundial, coloquialmente conocida como Foro de Davos por celebrarse en Davos-Klosters, Suiza. En ella, a principios de cada año, se reúnen organismos públicos y privados para la cooperación en distintos programas globales críticos.

El Word Economic Forum promulga el modelo concreto de «stakeholder capitalism», en el que los líderes empresariales van más allá de y responden a la llamada de la sociedad. Tienen la posibilidad de que se materialicen objetivos sociales más amplios, como el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas

La conferencia del 2020 tiene como lema: “Stakeholders para un mundo cohesionado y sostenible” y su prioridad es “ayudará a los gobiernos e instituciones internacionales a seguir el progreso hacia el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y facilitar debates sobre tecnología y gobernanza comercial”.

Los siguientes 17 puntos son los objetivos de desarrollo de las naciones unidas, la importancia de ellos radica en la interrelación entre los mismos y los planes de actuación previstos por los distintos países.

Dentro de estos objetivos los relacionados directamente con la energía son el 7 y el 13. Es por ello, que no casualmente el gobierno, el pasado 20 de enero, convirtió en más ambicioso uno de sus principales objetivos del PNIEC.

¿Cuál es su relación con la energía?

Desde hace un tiempo todas las cumbres mundiales están presididas directa o indirectamente por un tema: “el cambio climático”. Este problema cada vez más se traduce automáticamente en medidas políticas de “transición energética”. Y dicho y hecho, el pasado martes 21, fecha de salida del foro de Davos, el consejo de ministros aprobó la declaración del gobierno ante la emergencia climática ambiental, donde el gobierno se compromete a adoptar 30 líneas de acción prioritarias que llevará a cabo en los próximos 100 días.  El primero de los pasos no es nuevo, estaba ya en marcha, era una revisión del PNIEC 2020-2030, que consiste en establecer objetivos más ambiciosos que los de la UE. Este borrador se sometió a consulta entre febrero y abril del pasado año y se actualizó el pasado 20 de enero.

Dentro del PNIEC se configuran como objetivos centrales el 7 que es el de la energía no contaminante y el 13 que es el plan de acción del clima.

La revisión del Plan Nacional de Energía y Clima

La revisión del Plan Nacional de Energía y Clima convierte los objetivos en más ambiciosos, fundamentalmente las modificaciones se mueven entorno a la variación de uno de los objetivos principales: Eleva la reducción de gases de efecto invernadero en 2 p.p. respecto a 1990 para 2030.

Para alcanzar el 23 % de reducción de gases GEI en 2030 incrementa el uso final de la energía procedente de tecnologías renovables.

El cierre de las centrales de carbón es la segunda de las 30 medidas, pero esta medida estaba ya contemplada en el anterior plan, que ya tenía en cuenta el cierre escalonado de las centrales de carbón y el progresivo de las nucleares (se retirarán cuatro de los siete reactores). La variación en la evolución de la Potencia Instalada no es demasiado grande respecto al anterior borrador, pero sí que tiene en cuenta el cierre de algunas centrales térmicas de gas.

Se incorpora la partida otras renovables y no distingue entre tecnologías para repartir el mix, para que la potencia instalada se realice en función de la que sea más eficiente.

Fuente: PNIEC

Lo que si añade es la necesidad del almacenamiento y de la gestión de la demanda para poder favorecer la integración de las renovables y poder hacer el sistema más gestionable. En lo relativo al almacenamiento, señalar el alza de esta tecnología, con una potencia adicional de 6 GW, aportando una mayor capacidad en la gestión a la generación.

¿Cuál es la relación concreta entre este tipo de cumbres internacionales y los planes específicos de transición?

El PNIEC estima que para alcanzar los objetivos la inversión necesaria es de 241mil millones de euros entre el 2021- y el 2030, siendo el 80% de origen privado y el 20% de origen público. Por tanto, para conseguir los objetivos y por ende la inversión privada son necesarias cumbres, conferencias…

Fuente: PNIEC

En cuanto a renovable específicamente estima la inversión privada necesaria em 91.764 millones de €.  Esta inversión ya está en marcha y como hemos expuesto en otras ocasiones la generación eólica y solar fotovoltaica con permiso de acceso, pero aun sin servicio alcanza ya los 102,3 GW de potencia instalada (24,7 y 77,6 GW respectivamente), estos GW si finalmente estuviesen en servicio superarían con creces los objetivos del PNIEC. Pero la conexión física de la red de transporte y distribución como hemos comentado en otras ocasiones no es suficiente para soportar dicha potencia a día de hoy.

¿Cuáles son las expectativas a nivel mundial?

Según los datos de la Agencia Internacional de la Energía, el crecimiento esperado de potencia instalada por tecnologías dados los planes de crecimiento sostenibles sería el siguiente:

Fuente: IEA

La IEA también espera que, el mayor aumento de la inversión en el suministro provenga de la energía basada en renovables, que en promedio duplica el nivel actual entre 2019 y 2050. Esto se apoya en el gasto adicional en redes eléctricas y almacenamiento de baterías, a fin de garantizar un suministro de electricidad fiable.

Este proceso de transición genera incertidumbre y nos plantea algunas cuestiones:

¿Está preparado el marco regulatorio para dar soporte al nuevo mix de generación?

¿Habrá que actualizarlo para tener en cuenta preguntas que se plantean desde hace años en Europa, como los precios del pool negativos?

¿Será factible el 80 % de la inversión privada con el alto riesgo legislativo que ha tenido España de forma histórica?

¿Serán alcanzables estos objetivos? ¿Son compatibles con escenarios de ralentización del crecimiento económico?

Marta Serrano | Energy Consultant

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