Antes de empezar, recomendamos leer nuestro anterior M·Blog sobre el pool eléctrico de la península para poder entender mejor el porqué de los precios de 2015. Exceptuando  septiembre y octubre, los demás meses han sido más altos que 2014 y que la media de precios de los últimos 3 años. Es más, Enero, Junio, Julio, Agosto, Noviembre y Diciembre de 2015 han sido los meses más caros de la historia.

Source: OMIE

 

Varios son los motivos que han dado lugar en 2015 a un precio promedio anual de 50.42 €/MWh en comparación a los 42.23 €/MWh de 2014, en el mercado diario.

Para ello, empezaremos analizando el comportamiento de la demanda y seguiremos con la composición de la oferta que ha formado el mix energético en 2015.

Por el lado de la demanda destacamos un incremento de 1.9% respecto al año anterior según el avance sobre el sistema eléctrico de REE. Es el primer incremento desde hace cuatro años que viene sustentado fundamentalmente por:

–        Una paulatina recuperación de la actividad económica.

–        Una ola de calor en el tercer trimestre que provocó un mayor consumo por refrigeración.

Mientras que la demanda se incrementó, la potencia instalada en MW de las tecnologías que son precio aceptante fue la misma que en 2014. Recordamos que las tecnologías que son precio aceptante, es decir, que ofrecen su electricidad a  0 €/MWh,  son los generadores que no pueden parar su producción. Como van a producir la electricidad  de todas formas, la ofertan a 0 €/MWh asegurándose de que la venden toda. Los ejemplos claros de tecnologías aceptantes son: central nuclear, instalación eólica y parque fotovoltaico.

Por lo tanto, el precio del mercado diario en 2015 tuvo doble presión al alza al haber más demanda con la misma capacidad de producción de las tecnologías aceptantes. A continuación, presentamos las variaciones en la potencia instalada en las tecnologías, que han sido nulas o poco significativas en su mayoría:

Source: REE

 

Por el lado de la oferta, las 3 principales fuentes de generación en el conjunto del año han sido (por orden): Nuclear, Carbón y Eólica. Estas dos últimas intercambiando posiciones con respecto al 2014. A continuación, se muestra la composición del mix de generación mensual durante 2015:

Source: REE

Respecto a 2014, se observa que la generación por renovable en 2015 ha disminuido un 5.9%. En concreto, hubo un retroceso significativo de la producción hidráulica de  28% y también, pero en menor medida, de la producción eólica en 5%. La ausencia de agua y de viento fue cubierta por una importante subida del carbón seguido, pero muy de lejos, del gas:

Source: REE

La participación de la producción eólica menguó al finalizar el año a falta de viento y la participación de la hidráulica es notable a lo largo de todo el año. Como resultado, el segundo semestre estuvo más castigado, a falta no sólo de agua sino también de viento.

Esta diferencia entre la aportación de la eólica y de la hidráulica en el año reside en que la producción por agua no depende únicamente de si hay o no lluvia en el momento, sino también de si hubo o no lluvias antes, es decir, del nivel de reservas de agua.

En España hay una capacidad de embalses de 55.977 hm3, de los cuales el 40% corresponde a embalses hidroeléctricos. El nivel de llenado de dichos embalses varia a lo largo del año, y a su vez, también varían las reservas hidroeléctricas. Las reservas hidroeléctricas es un término que hace referencia a la cantidad de energía eléctrica que una cuenca produciría con el vaciado completo de su reserva útil de agua en un momento dado, sin aportaciones naturales, es decir, sin suponer que estuviera lloviendo en ese mismo momento. Tal y como se mostraba en la tabla de REE sobre la potencia instalada por tecnología, el conjunto de las centrales hidroeléctricas suponen un total de 20.774 MW; la tercera tecnología con mayor potencia instalada en la península.

A finales de 2014, el llenado de los embalses estuvo al 64% dando lugar unas reservas hidroeléctricas de 11.826 GWh. Estos indicadores auguraban un mejor comienzo para la aportación hidráulica en el periodo de 2015 que lo que fue para 2014 (a finales de 2013 el llenado fue de un 58%, representando una capacidad de producción eléctrica de 10.667 GWh). Sin embargo, dicho comienzo se vio opacado por un tiempo seco que rebajó el agua de los embalses continuamente, acabando el año con un llenado de 48.1%, véase, con una capacidad productiva de 8.912 GWh.

Source: Embalses.net

En cuanto al carbón, una de las fuentes de energía menos limpias y más caras, éste se volvió el protagonista de 2015, seguido, de lejos, por el gas.  El papel del carbón en la generación de electricidad tuvo mayor relevancia a partir de junio, con una aportación del 22% como mínimo, en todo el resto de meses. El uso del carbón no sólo estuvo favorecido por la falta de agua y viento sino también por:

–        La ola de calor que asoló el verano, concretamente el mes de julio. Las temperaturas medias fueron superiores a las del año anterior con 26,2 ºC frente a los 23,5 ºC de julio 2014. El consumo de refrigeración se disparó nada menos que un 11,2% con respecto al mismo mes del año pasado (5,4% corregido festivos y temperaturas). El aumento de la demanda dio lugar a una mayor presión al alza en precios.

–        Mayor uso del carbón frente al gas, principalmente por los bajos precios internacionales de esta materia prima. La reducción del uso del carbón de los dos grandes, véase en Estados Unidos por el éxito del fracking y en China por  la necesidad de reducir la polución,  han hecho que los precios caigan a niveles suelo no vistos desde hace 13 años. Unos niveles que compensaron el precio de los derechos de emisión de CO2; que no está teniendo el efecto disuasorio suficiente para obligar a las empresas eléctricas a optar por modos de producción más limpios.

Resaltar que el incremento de más del 22% del uso del carbón en España en 2015 ha coincidido con el fin de los incentivos que el Estado otorgaba a las centrales térmicas para que quemaran carbón nacional y apoyaran así a la minería española. Desde el 1 de enero de 2015 no existieron ayudas para que las centrales consumieran carbón nacional (más caro que el que se importa).  Ahora bien, durante el mes de mayo de 2015, el Ministerio de Industria estableció la obligatoriedad de aumentar el consumo de carbón nacional de los 3,6 millones de toneladas del 2014 a los 6 millones en el 2015.

En resumen, una falta de viento, y sobre todo una ausencia de la producción hidráulica, han dado paso al carbón, la materia prima más barata. Podemos afirmar que 2015 supuso un claro retroceso en la descarbonización del sistema eléctrico y  de la lucha contra el cambio climático.

Según la CNMC, se espera que la producción eléctrica en las centrales térmicas de carbón baje entre el 23% y el 40%, motivado por la nueva regulación ambiental de estas plantas. La entrada en vigor de la directiva sobre grandes instalaciones de combustión les obligará a reducir sus emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas entre el 2016 y el 2020, lo que podrá comportar inversiones tan cuantiosas que en algunos casos puedan conducir al cierre de la central. Esperemos que las nuevas regulaciones en eficiencia energética y de medio ambiente logren desincentivar el uso del carbón.

 

Marta Merodio | Energy Consultant

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