El mes de Julio se ha iniciado con todos los ojos puestos en el referéndum celebrado en Grecia, en el que los helenos respondieron con un “no” rotundo a la propuesta de acuerdo con la UE del pasado 25 de junio.
Aprovechando la situación griega, en Magnus nos hemos planteado las consecuencias que podría tener la salida de un país de la zona euro, en este caso Grecia, en los mercados energéticos españoles.
En primer lugar se debe contextualizar en términos económicos que supone el país en cuestión dentro de Europa.
Dentro de la zona Euro, Alemania es el centro neurálgico, seguido del Reino Unido, Francia e Italia, mientras que Malta es sin duda la economía más pequeña de la eurozona. En este marco, Grecia representa menos del 2% del PIB europeo, lo que la hace, relativamente débil.
Sin embargo, las importaciones de energía están en la lista de productos que más podrían verse afectados por el posible impago de Grecia y su salida del euro, ya que las importaciones de gas y petróleo suponen un 34% del total de importaciones del país, según indica el Centro Internacional de Comercio de Ginebra.
Por ello, nos planteamos la siguiente cuestión: ¿cómo puede afectar la hipotética salida de Grecia del Eurogrupo al mercado energético español?
Moneda – Euro
Las divisas afectan al precio final de las importaciones, en la medida que los bienes adquiridos coticen en monedas distintas a la propia. En este sentido, cabe recordar que el petróleo cotiza en dólares en el mercado internacional.
El petróleo y otras materias primas cotizan en dólares, de modo que la apreciación de ésta moneda significa que se necesita más cantidad de dinero para comprar un barril de crudo cuando se realiza con divisas que se han depreciado respecto al dólar. Este aumento del ‘precio’ en otras divisas perjudica la demanda de crudo.
El ‘Grexit’ podría ser algo perjudicial aunque moderado a largo plazo para los mercados ya que crea dudas sobre el euro. Sin embargo, a corto plazo, hay muchos efectos mitigantes, pues hay que tener en cuenta que Grecia siempre ha sido una excepción dentro de la Eurozona además del reducido tamaño de su economía. También hay que tener en cuenta que el periodo es bastante adecuado por el buen momento económico que vive la zona euro, y especialmente los países periféricos.
Petróleo
Grecia no es un importante productor ni consumidor de petróleo, de hecho consume menos del 0,4%, del petróleo mundial (9.000 barriles por día).
Pero la falta de certeza, por las consecuencias para la estabilidad económica y el crecimiento de Europa y por otro lado el fortalecimiento del dólar, supondrían una amenaza de la desintegración de la zona euro en sí, una economía global importante y consumidor de 9,7 millones de barriles de petróleo por día.
Gas
Remarcar que nuestras fórmulas de gas van ligadas a fórmulas indexadas a los dos componentes anteriores. Por lo que cualquier acontecimiento que los pueda afectar, podrá perjudicar también a los precios que pagamos en España por el gas.
En cuanto a infraestructuras: Europa podría perder el interés por la conexión de gas TAP (Trans Adriático Pipeline) planteada para 2017 de Bulgaria con Grecia y Turquía. Grecia volviendo a la dracma podría convertirse en un exportador poco competitivo para el resto de socios europeos. Ciertamente a Europa le perjudica el hecho de tener que prescindir de fuentes y rutas de suministros de gas alternativas.
Derechos de Emisión
Cualquier modelo ‘Grexit’ tendría un efecto ligeramente bajista para los precios de los derechos de emisión europeos. Dado el pequeño tamaño de Grecia en el contexto de las emisiones globales de la Unión Europea, cualquier efecto sería indirecto a través de los impactos económicos en lugar de cuestiones específicas del ETS (Emissions Trading System) de la Unión Europea.
Por otro lado, el MSR (Market Stability Reserve) no comenzará a funcionar hasta el año 2019, seguramente demasiado tarde para hacer frente a los efectos de una posible salida de Grecia en el año 2015.
Como conclusión, un ‘Grexit’ no solo afectaría a las Commodities en singular sino que también podría vulnerar los intentos por conseguir una seguridad energética europea. Y afectar elaboraciones de proyectos de energía, así como también el proyecto para evitar el cambio climático aunque en forma moderada. Por lo que ahora sólo nos queda esperar a saber que depararán las próximas negociaciones, si finalmente llegarán a un acuerdo y cuáles serán las condiciones. Sonia Díaz | Energy ConsultantSi te ha parecido interesante ¡compártelo!
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