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Estamos en pleno período electoral para la celebración de las elecciones Generales en España y, día si día también, estamos recibiendo información sobre lo que van a hacer o dejar de hacer los políticos que se presentan en estos comicios. En este artículo no entraremos en el debate de los programas, pero sí haremos un rápido análisis de las propuestas en ámbito energético.
Según los resultados de las encuestas del CIS del mes de marzo, el periódico anunciaba este reparto de escaños:
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Fuente: web www.elperiodico.com
En este primer artículo, analizaremos las propuestas de los partidos de izquierdas (PSEO, PODEMOS). En el blog de la semana que viene afrontaremos al de derechas (PP, Ciudadanos, VOX). Para ello, hemos ido a la fuente y hemos navegado en el programa electoral de cada partido.
PSOE: (link a programa electoral) Según declaran el objetivo último es el de alcanzar un sistema energético eficiente y sostenible que siente las bases para un sector eléctrico basado en las energías renovables en 2050 y una reducción de emisiones de CO2 compatible con los compromisos de París. Su objetivo sigue siendo el de que en 2030 el 74% de la electricidad será renovable, con un calendario de cierre de todas las centrales nucleares a los 40 años de vida útil, con el argumento de “energía más limpia, más barata y más segura”.
Sin el propósito de “romper el juego”, sus propuestas van en línea con la estrategia energética de la unión europea. Para evitar cambios a cada año electoral proponen un gran pacto de Estado de la Energía para establecer una política energética estable y que asegure la transición. Ratificando a su vez una Ley de Cambio Climático y Transición Energética que contemple los siguientes cambios:
- Creación de una Comisión para la Transición Energética, que desarrolle y monitorice escenarios progresivos de reducción de emisiones de CO2 a 2020/2030 y 2050.
- Obligar a empresas cotizadas a ser transparentes sobre riesgos de carbono y de impacto climático.
- Modificación de la Ley de Contratación Pública, incluyendo nuevos requisitos ambientales y climáticos a todos los proveedores y contratistas.
A pesar de su irrelevancia en nuestro territorio, promueven la prohibición del fracking y nuevas exploraciones de hidrocarburos.
Acometer una reforma del mercado eléctrico, incluida una auditoría sobre los costes regulados integrados en la tarifa eléctrica, así como del mercado gasístico, facilitando su progresiva adecuación al nuevo modelo energético disminuyendo los costes de la transición.
Creación de un fondo verde para la transición energética, alimentado con parte del nuevo impuesto al CO2, dedicado a impulsar la eficiencia, la movilidad sostenible y el apoyo a una transición justa.
Todos los puntos van en línea de seguir con el cumplimiento de los pactos con la UE y sus directrices en ámbito de Competitividad, Sostenibilidad y Seguridad de Suministro. Sin embargo, desde Magnus entendemos que una transición como la que estamos planteando en los próximos 10 años requiere mucha prudencia. Especialmente en lo relativo a desmantelación del parque nuclear sin tener un “plan B”. Recordemos que la generación nuclear da estabilidad a nuestro sistema y reduce el hueco térmico, permitiendo contener la volatilidad del mercado y mejorar sus precios.
Por otro lado, un objetivo del 70% de generación renovable para el 2030 puede acabar con la industria intensiva de nuestro país teniendo en cuenta que en los últimos 13 años y después de diferentes políticas para fomentar las renovables solo hemos llegado al 20%. ¡¡Parece que no aprendemos del pasado y querer ser “los primeros de la clase” en objetivos renovables (cuando todavía va en detrimento de la competitividad) puede pasarnos una factura importante…Otra vez!! Recordemos que todavía hoy estamos fraguando el déficit tarifario que estuvimos acumulando en el período del 2002 al 2012 y que se disparó por una política de subsidios renovables que lo hizo económicamente insostenible.
PODEMOS: (link al programa electoral) A través de su web podemos ver una lista de 394 puntos que abarcan todos los ámbitos. Sus propuestas son más disruptivas y agresivas para con la actual agenda de la estrategia europea.
A diferencia del PSOE, proponen tres planes:
- Un Plan Nacional de Transición Energética que pretende fomentar la inversión (Pública y privada) en eficiencia y energías renovables (equivalente al 1,5% del PIB en los próximos 20 años). El objetivo es el de reducir el 30% del consumo nacional de energía primaria y así evitar la dependencia energética.
- Un Plan Nacional de Ahorro energético y que impulsará la eficiencia en edificación, transporte, industria y distribución eléctrica.
- Por último, un Plan Nacional de Energías Renovables y cuyo objetivo final será la reducción drástica del consumo de combustibles fósiles destinado a generación eléctrica.
Como el Partido Socialista, abogan por la derogación del RD 900/2015 sobre el autoconsumo para liberar de toda carga impositiva la energía auto consumida. Permitir el balance neto y simplificar los trámites administrativos. De la misma manera, adoptarán progresivamente la contratación de energía 100% renovable para todas las dependencias de la administración pública y prohibirán el fracking.
Por otro lado, anuncian que llevarán a cabo una auditoría de los costes de todo el sistema eléctrico para esclarecer los costes reales de producción eléctrica por tecnología, así como los costes asociados a transporte y distribución. Establecerán controles que impidan prácticas oligopólicas en el sistema eléctrico, estudiando la posibilidad de separar la propiedad y la gestión de las redes de distribución.
Limitarán el desarrollo y subsidios a plantas de Cogeneración con el objetivo de mantener el mínimo necesario para garantizar el suministro. Las Centrales de Ciclo Combinado dejarán de percibir ningún tipo de pago por capacidad y se hará el cierre paulatino de las centrales nucleares y de carbón. Siempre teniendo en cuenta la reconversión del sector afectado. Promoverán la recuperación del control por parte del Estado de las centrales hidroeléctricas a medida que las concesiones caduquen.
Crearán políticas sociales de acceso a un suministro mínimo.
Todo ello, proponiendo una alternativa a la actual propuesta comunitaria de estrategia energética europea que promueve la transición energética a través de la promoción del gas natural y la creación de grandes operadores europeos.
Por último, reclaman la ilegalidad los Costes de Transición a la Competencia que se pagaron a las grandes eléctricas españolas en 2005 con el objetivo de reclamarlos.
Como podemos ver, las medidas de PODEMOS son algo más transgresoras que las correspondientes del Partido Socialista. Basadas en un gran paso hacia la transición energética, no establece objetivos claros en cuanto a fechas y números. Más centrado en poner encima de la mesa el discurso de “romper los oligopolios” y el actual statu quo del sistema eléctrico y los operadores dominantes.
Objetivos ambiciosos y costosos. Seguimos echando de menos el detalle de cómo van a afectar estas medidas al mercado mayorista. Cerrar las nucleares y el carbón, no fomentar la generación a través de ciclos combinados y retirar los subsidios de los Ciclos Combinados significa que basarán la gestión energética al desarrollo masivo de energía renovable y la nacionalización de la gestión hidráulica. Entendemos que es un escenario que no atraerá a la tan necesaria inversión privada por el riesgo implícito de tener planes alternativos a las estrategias europeas de transición que aseguran marcos regulatorios estables y confiables.
Ambas dos propuestas son declaraciones de intenciones que deben de aterrizar con un grupo de asesores que entiendan la importancia de un plan de transición energética asegurando la Sostenibilidad, la seguridad y por supuesto la competitividad.
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