Un petrodólar es un dólar estadounidense obtenido a través de la venta de petróleo, es decir, un término para describir la situación que ocurre en los países de la OPEP, donde la venta de petróleo les permite a esas naciones prosperar económicamente e invertir en las economías de otras naciones que compran su petróleo. Se trata de uno de esos axiomas extraoficiales sobre los cuales se basa el sistema energético, geopolítico, financiero y económico mundial.

Cambios a este sistema por descontado originaran efectos importantes, no solo a nivel de precios, sino a nivel geopolítico y económico. Algunos tasan dichos efectos de catastróficos, otros como insignificantes. Probablemente, la verdad se encuentra en algún punto intermedio.

Cómo tener deudas y salirse con la suya

Imagine este escenario: usted es una persona muy rica, con muchas propiedades y prestigio, pero realmente no tiene dinero efectivo en su cuenta corriente (lo gastó todo). Asimismo, desea comprar el modelo nuevo de Ferrari. ¿Qué haría? Bueno, podría firmar un cheque. Efectivamente ese cheque no vale nada (ya que no tiene dinero efectivo para respaldarlo) pero mientras el concesionario no lo reclame, no tendrá problemas porque no tendrá que pagarlo. Mientras tanto, usted podría disfrutar de un Ferrari gratis. La pregunta es … ¿Cómo se evita que el concesionario canjee el cheque?

Bueno, si usted es dueño de todas las gasolineras en la región y afirma que «la gasolina ahora tiene que pagarse con mis cheques», el concesionario ahora debe mantener un stock de sus cheques, por lo que usted puede seguir escribiéndolos y disfrutar de un pase-libre en toda la región, puede «comprar» todo lo que desee y colocarlo en su cuenta  (es decir, acumular deudas), siempre que tenga cheques para escribir y la gente necesite esos cheques para obtener su gasolina.

Pero … ¿Qué pasaría si la gente ya no necesitara sus cheques para comprar gasolina?

El poder del petrodólar

Este es un tema largo y complejo, así que perdónenme cualquier simplificación excesiva que puedan encontrar.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la economía mundial necesitaba una reconstrucción. Los países acordaron el uso de lo que se conoce como el sistema de Bretton Woods (donde nació el FMI, y que definió un conjunto de divisas de reserva). Al vincular la moneda al oro a una tasa fija y aprovechando sus vastas reservas de oro y su posición después de la guerra, el USD se convirtió en la moneda de reserva a nivel mundial. Esta situación duró hasta 1971, pero después de su colapso, el USD se convirtió en una divisa fiduciaria . Es decir, su valor no surge del material sobre el que asienta, como el papel, sino de una buena contabilidad, de pura «fe» pero, especialmente, de la necesidad de usar esa moneda específica para hacer una compra específica.

Por lo tanto, ahora los EE. UU. podían perseguir un sinfín de políticas expansionistas, pero para evitar los efectos colaterales de esas políticas era necesario mantener la demanda de USD. Em otras palabras, era necesario que los países retuvieran y utilizaran el USD. Como hemos visto en el ejemplo del ferrari, ¿Qué mejor manera de darle valor a una moneda, que garantizar que es la divisa en que se comercializa una materia prima que todo el mundo necesita?

A estas alturas, ya todos los países necesitaban petróleo a gran escala y esto lo convertía en la mejor opción estratégica para los EE.UU. Pero la OPEP (creada en 1960) podría fácilmente desmontar la estrategia estadunidense y esto no podía suceder. Entonces, después de la Guerra de Yom-Kippur (1973), los EE.UU. aprovecharon la posición del USD como moneda de referencia y fortalecieron sus vínculos con Arabia Saudita.

Y así nació la «alianza del petrodólar», es decir, a cambio del apoyo militar y político estadounidense a la Casa Real de Saúd, el Reino usaría su influencia en la OPEP para asegurar que todas las transacciones de petróleo se harían en USD, reinvertiría sus propios «petrodólares» en productos y servicios estadounidenses, estabilizaría los niveles de precios y, finalmente, evitaría que se produjera otro embargo petrolífero.

Como resultado, todas las naciones exportadoras de petróleo reciben ahora USD, lo que hace que su ingreso nacional dependa del valor del USD. Si baja el USD, también lo hacen los ingresos del país. Por lo tanto, si los importadores de petróleo intentasen “minar” el USD de alguna manera para hacer que sus compras de petróleo fueran más baratas, los países proveedores reaccionarían (incluso si este dólar inferior les otorga algún alivio a su deuda). Puede parecer artificial y sin fundamento, pero este sistema funciona de maravilla.

Geopolíticamente, esto mantuvo y mantiene el estatus del USD como la moneda de reserva por excelencia, por lo que, teóricamente, no interesa a ningún país “atacar” esta superioridad. Los Estados Unidos utilizan esta ventaja para impulsar su agenda de política exterior, pero es en el ámbito económico donde realmente brilla. Ser moneda de reserva permite al país incurrir constantemente en un déficit por emitir activos en dólares estadounidenses a tasas de interés muy bajas: una verdadera hegemonía económica.

Source: ZeroHedge (modified)

Entra la teoría de la conspiración

En octubre de 2000, Iraq amenazó con detener su producción de crudo y suspender las exportaciones de petróleo si los Estados Unidos se oponían a la demanda de Bagdad de que se les pagara en euros en lugar de dólares. Como amenaza, ésta no era ni siquiera novedosa, Saddam Hussein ya la había hecho 3 veces en 3 años. La diferencia esta vez fue que el año anterior (octubre de 1999) la ONU había levantado el límite techo a las exportaciones petroleras iraquíes. Ahora Iraq podía vender tanto petróleo como quisiera.

La credibilidad de la amenaza fue en aumento. Bajo el programa de petróleo por alimentos de la ONU, gran parte de los intercambios se cerraron en EUR, lo que significa que entre 2001 y 2003 el país ya había recibido alrededor de 26 mil millones de euros en suministros a cambio de 3300M barriles de petróleo. Además, el EUR estaba en una tendencia alcista frente al USD y el país estaba ganando mucho más en intereses al tener su cuenta de depósito en el BNP Paribas de Nueva York en EUR en lugar de USD.

Entonces, en 2003, los EE.UU. arriesgaron su imagen internacional (y también interna) al participar en una invasión no autorizada, unilateral, brutalmente costosa y no provocada de Iraq. ¿Por qué?

Bueno, según algunos conspiradores, el principal objetivo detrás de la 2ª guerra iraquí de 2003 (la de las armas grandes que nadie ha podido encontrar y la de foto en las Azores) era evitar que el petróleo iraquí entrara al mercado en EUR, y por lo tanto, amenazara la hegemonía del USD como moneda de referencia – uno de los pilares fundacionales del poder económico de Estados Unidos y, por lo tanto, fundamental en lo que se refiere a sus intereses estratégicos nacionales.

Puede pensar que es una teoría exagerada y, de hecho, hay muchos argumentos en su contra, sin embargo, en lo que respecta a la calidad de las teorías de conspiración ésta está lejos de ser la peor.

Hagamos espacio para Irán

Durante años, Irán siguió el ejemplo de Iraq al forzar que el EUR reemplazara al USD como divisa para el comercio internacional del petróleo, lo cual tiene mucho sentido ya que su mayor mercado no es Estados Unidos. Esto se ha ido agravando por la progresión en sus planes de crear la Bolsa de Petróleo Iraní, que entró en funcionamiento en 2008, con la que buscaban comercializar petróleo en otras monedas además del dólar.

Adivine qué: en marzo de 2012 Irán anunció que la Bolsa ya no comercializaría petróleo en dólares… 4 meses después, la UE siguió a los EE. UU. en bloquear efectivamente el acceso al petróleo iraní, creando efectivamente un embargo mundial que devastaría las finanzas del país.

Estoy de acuerdo con la mayoría en creer que esto fue sólo una coincidencia, ya que el bloqueo de la UE se planeaba hace mucho tiempo, sin embargo, está claro que Estados Unidos no está interesado en que se reemplace el petrodólar.

Asimismo, esto no detuvo a Irán. Después de que se levantaran las sanciones, el país dijo que quería recuperar decenas de miles de millones de dólares que India y otros compradores de su petróleo le deben, no en dólares, sino en euros, en su búsqueda por reducir su dependencia de todo lo que suene a norteamericano. No sólo eso, sino que firmó contratos de petróleo en EUR con Total (Francia), Cepsa (España) y Litasco (Rusia).

El acuerdo entre Rusia y China

A pesar de tener una de las mayores reservas de USD del mundo, China siempre ha sido clara en su oposición a la importancia del USD como moneda de referencia.

Desde el comienzo de esta década (especialmente en los últimos años), las importaciones de petróleo de China provienen cada vez más de países fuera de la OPEP, representando el 65% del crecimiento de las importaciones de crudo de China entre 2012 y 2016. Todos sabemos que el dinero habla, pues escuchemos lo que tiene que decir.

En 2012, Arabia Saudí disfrutaba cómodamente de alrededor de un 20% de las importaciones de crudo de China, con Rusia siguiendo muy atrás, con alrededor del 7%. Avanzando hasta mayo de 2017: Rusia es ahora el principal exportador de petróleo a China (con 1,35 millones de bpd) y Arabia Saudita (el mayor exportador de petróleo del mundo) lidera la caída en porcentaje, con envíos que bajan más del 15% año contra año, con “solamente” 900k bpd, ocupando ahora la tercera posición.

Source: EIA (U.S. Energy Information Administration)

Ahora agreguemos un segundo factor. A finales de 2008, las reservas de oro de China eran de alrededor de 600t y las de Rusia de poco más de 500t. Avancemos de nuevo hasta mayo de 2017 y las reservas de China se multiplicaron 3 veces (!) hasta más de 1800 t. ¿Adivine? Las reservas de Rusia también se multiplicaron por 3x hasta las 1700t. Curiosa numerología.

Source: World Gold Council

Entonces, ¿qué cambió? Según algunos: futuros de petróleo en yuanes respaldados por (y totalmente convertibles en) oro en las bolsas de Shanghai y Hong Kong. El oro garantiza un soporte de confianza y estabilidad a lo que bien podría convertirse en el nuevo Benchmark para el crudo en Asia, que comenzará a cotizar en la Shanghai International Energy Exchange (INE) a finales del año. El primer contrato de materias primas en China abierto a fondos de inversión extranjeros ofrecerá la primera alternativa oficial a la hegemonía del petrodólar.

Aunque la teoría del «Petróleo por Oro» o «Yuan por Oro» no es universal, no es una idea imposible. De hecho, el préstamo de oro es una gran «cosa» en China. ¿Cómo funciona? Un cliente presta el metal al banco y simultáneamente entra en un forward para cubrirse en precio, como la prima puede ser inferior a la tasa de interés de un préstamo corriente, consigue obtener crédito más barato por el mismo capital. Incluso llevó a mucho uso fraudulento de oro como garantía en préstamos. Si desea leer más y generar su propia opinión sobre el tema, puede empezar con estos artículos a favor de la idea, por Alasdair Mcleod y Dave Kranzler, y este artículo en contra de la idea por Koos Jansen.

Entra Arabia Saudí …

Un defensor puritano de Estados Unidos puede afirmar que ésta es una estrategia de sus «enemigos» (al final tenemos a Irán, China y Rusia en la misma oración), pero Arabia Saudí no puede permitirse seguir perdiendo participación de mercado en China.

Y hay más: Saudi Aramco se encuentra en medio de una IPO en la que el país está buscando vender el 5% de la compañía por unos modestos 100 mil millones de dólares. Si el proceso en sí mismo ya no era muy claro (¿ni transparente?), rumores ahora indican que aparentemente China está interesada en asumir la totalidad de esa posición por sí misma (!) lo que escalaría hasta otro nivel la relación entre ambas naciones).

Empieza a estar claro que, aunque extremadamente fuerte e inflexible, las grietas comienzan a sonar en la hegemonía del «petrodólar».

¿Cuáles serían los efectos del comercio de petróleo a gran escala en EUR / CNY?

Supongamos que un grupo de países (por ejemplo, Rusia, Irán y Venezuela) decidiera permitir la venta de crudo (sin contar el gas natural) en otras divisas. Añadamos también la posibilidad de que toda la demanda china se cubra en yuan. En otras palabras, consideremos que alrededor de 14 millones de bpd (véase el 15% de todo el mercado global) no se comercializara en dólares. A un precio de 50 $/bbl eso significa menos 255 mil millones de USD en intercambios comerciales que ahora se hacen en otras monedas. Si agregamos la UE a esa ecuación, duplicaríamos esa cantidad.

Lo primero que hay que decir es que la existencia de varias monedas de referencia implica que se deben mantener reservas en todas ellas, los bancos centrales mantienen otras divisas en cuenta o tienen SWAPS con otras entidades similares en todo el mundo. Además, paradójicamente, a pesar de que estos países luchen contra la hegemonía del USD, podría perfectamente ser de su interés acumular USD para debilitar deliberadamente su propia moneda.

Del mismo modo, aunque un dólar más débil podría aliviar parte del peso de su deuda, muchos países seguirían necesitando USD para pagar intereses sobre sus colosales deudas asumidas en dólares (el Banco Mundial y el FMI se encargan de eso), sin mencionar los países «en desarrollo» que siempre tienen necesidad de efectivo en USD.

Asimismo, hay que tener en cuenta la fuerte conexión que el USD tiene con la cultura de su país, por lo que cualquier cambio significativo en su status quo debido a este problema, seguramente originará una respuesta fuerte (con Donald Trump tal vez incluso desproporcionada).

De todas formas, no comparto la visión de los conspiradores que sugieren una posible respuesta militar de EE.UU. Creo que el escenario no sería catastrófico, pero resultaría en un fuerte rebalanceo del precio del crudo y se aumentaría su volatilidad, a lo que habría que sumar el previsible oportunismo financiero por parte de los operadores del mercado. La demanda decreciente de USD (originando su devaluación frente a otras monedas) daría lugar a un aumento de las tasas de interés de los bonos emitidos en USD, un aumento que causaría graves problemas presupuestarios a Estados Unidos ya que, aunque «imprimir dinero» no les permite hacer lo que quieran cuando quieran, les proporciona mucho laissez-faire.

También disminuiría significativamente el efecto de las sanciones de los EE.UU., lo que podría afectar un poco la forma en que el país lleva a cabo su política exterior.

Cualquiera que sea el resultado, ya es hora de que Estados Unidos sienta lo que significa «mercado libre» cuando se trata de dinero y petróleo.

Hugo Martins | Analista

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