Con el objetivo de desarrollar una “súperRed” europea de energía integrada, fiable, sostenible y rentable, los líderes europeos se han fijado unos objetivos ambiciosos para la integración de los mercados Eléctricos de la Unión Europea en el año 2050.
El desarrollo oportuno y bien planificado de nuevas infraestructuras de red es crucial para lograr el mercado interior europeo de la energía (IEM), y permitir la integración de una cantidad cada vez mayor de energías renovables, y afrontar el reto de las fuentes de energía más dispersas en tierra firme y en el mar que necesitan estar conectadas con los principales centros de demanda.
De los objetivos acordados destacan sobre todo cuatro:
- Un mercado energético que funcione bien
- La seguridad en el suministro
- Una mayor interconexión de las redes de energía
- Planes de eficiencia energética, ahorro energético y potenciar el desarrollo de las energías renovables,
Para cumplir estos objetivos, la Comisión Europea, a raíz de su propuesta en su Comunicado de noviembre de 2010, propuso ponerse en marcha de inmediato y establecer un plan de desarrollo modular con el objetivo de producir un módulo para la expansión de la red eléctrica europea – la llamada autovía de electricidad -, entre 2020 y 2050, poniendo en marcha en 2012 el proyecto de investigación e-Highway 2050, y del cual se espera que se presenten las primeras conclusiones a principios de noviembre del 2015.
Este plan tiene dos objetivos principales:
1) Poder ayudar a la integración de los mercados europeos de electricidad
2) Permitir a la red paneuropea, recoger grandes cantidades de electricidad a partir de sus fuentes de energía renovables y poder transportarla a lo largo de grandes distancias
Para desarrollar este módulo de planificación de la red, se ha tratado de identificar cómo será el futuro de la red eléctrica Europea en el año 2050. En base a los resultados obtenidos, podrán identificar más fácilmente las necesidades de desarrollo del “sistema de autopistas de la electricidad” en la Comunidad Europea. Para construir los distintos escenarios de futuro se tuvo en consideración los posibles cambios en materia de:
- Energías renovables
- Condiciones socio-económicas (beneficios económicos en comparación con una puesta en marcha convencional, financiación, etc.)
- Tecnología
- Condiciones medioambientales
- Nuevos métodos de planificación, teniendo en cuenta el mercado global
- Obstáculos regulatorios y legales (en particular en la gestión de una superred)
- La aceptación por la sociedad
- Desafíos geopolíticos
A cargo de las inversiones y proyectos necesarios para llevar a cabo el proyecto de unificación, la UE ha creado a la ENTSO-E (European network of transmission system operators for electricity) que ha formado seis grupos regionales para identificar y abordar los desafíos en inversión y en desarrollo de la red que reflejen las particularidades y necesidades regionales:
La “súpeRed” Eléctrica Europea
El objetivo principal es desarrollar una “súpeRed” con capacidad de transportar grandes volúmenes de electricidad a lo largo de grandes distancias, para ello, dichas “autopistas” requieren de nuevas líneas especiales de alta tensión.
Actualmente, el problema principal consiste en que en el pasado, las centrales se construyeron según los volúmenes de consumo, con un enfoque de transporte de energíaa media distancia. Sin embargo, uno de los objetivo de la UE con la unificación de los mercados, es reducir al máximo y lo antes posible el nivel de emisiones de CO2 de los países de la Eurozona, lo que implica un incremento en la demanda de electricidad generada a partir de fuentes de energía renovables que, por regla general, provienen de fuentes hidroeléctricas y eólicas producidas en países ubicados en el norte de Europa, gracias a sus condiciones climatológicas. Como resultado, se espera un fuerte incremento de los flujos de carga de norte a sur. Lo mismo se puede aplicar a la creciente producción de energía solar en el sur de Europa, que tendrá que ser transportada a los centros de carga.
Con los centros actuales de producción y consumo cada vez más alejados, los principales retos futuros en la transmisión de energía, se encuentran en su transporte a través de naciones y continentes. Para tener una idea de la importancia de este punto, debemos entender que históricamente los operadores de red de transporte gestionaban los flujos eléctricos reproducían más o menos las operaciones del mercado mayorista. En el futuro sistema eléctrico, estos flujos serán cada vez más utilizados por redes de distribución.
Recientemente se daba como ejemplo a seguir por el resto de países europeos, el modelo energético de Escandinavia, por su alto grado de interconexión entre los países nórdicos, bajo nivel de emisiones de carbono, por ser un mercado con mucha liquidez y por su acoplamiento del mercado diario, sirviendo ahora como modelo para la reforma del mercado energético de la Comisión Europea.
Sin embargo, tras 40 meses de trabajo, mucho se ha hablado a nivel político de los esfuerzos para integrar los mercados energéticos de la UE pero, con la situación actual de transición, todos los participantes se enfrentan ahora a una serie de desafíos potencialmente difíciles como regulaciones cada vez más invasivas y el contexto actual del mercado con los precios de los commodities más bajos, lo que ha precipitado una nueva forma de actuar en la que las oportunidades de negocio se han reducido sustancialmente y donde los beneficios son cada vez más ajustados.
La Unión Europea sigue promoviendo con cierto grado de éxito la unificación del mercado mayorista Eléctrico Europeo. En la actualidad, el mercado unificado, ya se encuentra operativo en los países Nórdicos (Alemania y Austria) y en la Península Ibérica (España y Portugal) con un cálculo común de precios day-ahead, el denominado market coupling. Las diferencias de precios entre los distintos países se basan en la diferencia entre sus mix de producción.
A pesar de todos los esfuerzos, todavía queda un largo camino por recorrer para alcanzar el objetivo final de la UE. La complejidad del mercado sigue siendo un reto para todos los participantes, que se enfrentan a una serie de problemas de mercados predominantemente nacionales, cuellos de botella con las interconexiones, seguridad del abastecimiento y tener que “navegar” todavía a través de los diferentes estándares de conectividad de los TSO´s (Transmission System Operator) por ejemplo.
Las normas del mercado deben actualizarse a la realidad de un sistema mucho más descentralizado, donde las energías renovables y el consumidor son los dos puntos más importantes.
En resumen, construir un mercado interno eléctrico Europeo está siendo un proceso lento de 25 años, pero se está logrando, y sólo en la UE, en ninguna otra parte. La UE ha concebido sus propios acuerdos de mercado interno “a su manera”, a pesar de que otras muchas formas fueron imaginadas originalmente.
Completar este programa no será simplemente una cuestión de dinero, sino de una fuerte convicción política de que las interconexiones entre países y regiones son de beneficio mutuo, aportando una economía de escala, una mejoría de la capacidad de innovar y también una mayor seguridad y garantías en el suministro eléctrico. Países como Inglaterra y España siguen siendo consideradas “islas” dentro del mercado eléctrico con una capacidad de interconexión por debajo del 5%.
Duarte Bornes | Sales Manager
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