El país más poblado del mundo, con más de 1.300 millones de habitantes, comienza a tomarse en serio un cambio en su política energética, adoptando un comportamiento proactivo hacia la eficiencia y menos contaminante.

El país asiático registra unas cuotas de emisiones de CO2 muy por encima de la media del resto de países. De hecho, China es el país más contaminante del planeta, el cual emite una cuantía superior a los 10 millones de toneladas métricas de CO2 por año. Puede generar algo de desconcierto manipular tales cifras, pero cuando decimos que EEUU, segundo país más contaminante en el mundo, emite la mitad de los gases contaminantes al planeta, son cifras que no suelen pasar desapercibidas.

Los 10 países con mayores emisiones de CO2 en el planeta | Source: Carbon Dioxide Information Analysis Center

Los 10 países con mayores emisiones de CO2 en el planeta | Source: Carbon Dioxide Information Analysis Center

Ser el culpable del 30% de la contaminación del planeta no es el premio que todos quisieran, y por ello, China está adoptando ciertas medidas que hagan desaparecer el gris en sus ciudades.

PERO…, ¿CÓMO SE HA LLEGADO HASTA AQUÍ?

A veces responder esta pregunta resulta más útil que buscar una solución a los problemas inmediatos. Por ello, puestos a ser productivos, se enumeran algunos de los motivos culpables de la contaminación en China:

  1. Crecimiento económico. El empuje en inversión, industria y construcción de infraestructuras ha provocado, al margen de un crecimiento anual del PIB en un 10%, ser desde 2010 el mayor consumidor de energía del planeta.
  2. Carbón como principal fuente de generación. La gran contraparte del crecimiento económico reside en que ha sido alimentado, en más de un 67%, por el combustible más contaminante, el carbón.
  3. Baja eficiencia. Al margen de cómo alimenta su crecimiento económico, otro problema importante es la gran cantidad de consumo en materias primas que debe tener para generar la misma riqueza que otros países como Japón, Alemania o Reino Unido (entre un 200-300% más).
  4. Ausencia de políticas prohibitivas. Las cosas empiezan a cambiar, pero hasta hace bien poco, el Gobierno chino se basaba en cifras de crecimiento económico, sin contar con incentivos de protección medio ambiental.

UN NUEVO HORIZONTE: DEL GRIS AL VERDE

Dadas las circunstancias actuales del país, no ha quedado más remedio que trabajar en nuevas medidas más eficientes. Alguna de ellas son un plan anticontaminación en la ciudad de Beijing, valorado en más de 3.000 millones de $USD, impulsado para apoyar proyectos de energía renovable en zonas rurales o controlar fuentes de contaminación como el carbón y vehículos de circulación.

Otra medida aún más reciente ha sido la de imponer límites especiales de emisión de CO2 a industrias en ciertas regiones del país asiático, en concreto a las provincias de Shanxi y Shaanxi. Dichas regiones pertenecen a dos de las tres provincias con mayor producción de carbón, superando los 900 millones de toneladas de carbón al año (un 25% del total en China). Dichas zonas dispondrán de un conjunto de 25 normas de emisiones a cumplir, que se integrará en octubre de 2018 por una duración de tres años.

Ahora bien, sin duda alguna, la mayor medida que ha implantado el país es su transición a otro combustible menos contaminante como es el gas. China ha sido el culpable en aproximadamente un 33% del crecimiento mundial de la demanda de gas en todo el mundo durante el 2017. Esto ha sido gracias al esfuerzo político de transformar las calderas de carbón en gas para sectores industriales y domésticos.

Su crecimiento en la demanda de gas ha sido tan pronunciado que China ha llegado a convertirse durante el 2017 en el segundo mayor importador de GNL por detrás de Japón.

 Incremento de importaciones de GNL por país en 2016 | Source: Unión Internacional del Gas

Incremento de importaciones de GNL por país en 2016 | Source: Unión Internacional del Gas

UN FUTURO AÚN MÁS GASISTA

Y es que según las principales agencias de energía se espera que el ritmo de crecimiento de China, en relación con la demanda de gas, vaya in crescendo. De hecho, China será el mayor importador de gas durante el 2019, dado que el mismo no podrá hacer frente a la demanda interna únicamente con la generación del país.

Según la IEA, se espera que el mercado mundial de gas natural crezca en aproximadamente 4 billones de metros cúbicos hasta 2023, donde los mercados emergentes asiáticos, en especial China, representará un 50% del crecimiento del consumo de gas hasta 2023.

Crecimiento del consumo global de gas natural entre 2017-2023 | Source: IEA

Crecimiento del consumo global de gas natural entre 2017-2023 | Source: IEA

Estas cifras se justifican en gran parte, al incremento anual del 8% en la demanda de los chinos durante los próximos cinco años. De hecho, sus importaciones pasarán de representar el 45% de su demanda interna, frente al 39% actual.

¿Y QUÉ PASARÁ CON LOS PRECIOS DEL GAS?

Un incremento considerable en la demanda podría provocar un desplazamiento alcista en los precios del gas, pero para ello se debe analizar previamente el otro lado de la balanza, la oferta.

¿Quién va a cubrir este incremento en la demanda? Pues para dar respuesta nos desplazamos de Asia al continente americano, concretamente EEUU. El país de Trump es actualmente el mayor productor de gas natural, representando la mayor parte de expansión que pueda sufrir la oferta de esta commodity. El auge en los precios durante el 2017, y su famoso shale gas, le han permitido volver a máximos en su producción, corrigiendo de este modo su descenso en 2016.

Al igual que en China se espera un incremento en la demanda de gas, en EEUU también se espera que su producción vaya en aumento, debido a la perspectiva futura de precios del petróleo. Esto conllevará a que la producción de EEUU represente un 45% del incremento en la oferta del gas hasta 2023, de los cuales, se espera que un 60% sea exportada a través de gaseoducto o GNL.

Incremento en la oferta de gas por país | Source: IEA

Incremento en la oferta de gas por país | Source: IEA

Ahora bien, encima de la mesa tenemos a dos players inmersos en una guerra comercial, con afectación en sectores industriales y tecnológicos, con aranceles valorados en 25.000 millones de dólares a día de hoy ¿Qué pasará si este enfrentamiento va a más?

La respuesta se encuentra en Australia y Rusia. Se espera de ambos países un incremento en la producción cercano a 50.000 millones de metros cúbicos, por país, para ser exportados, lo que se podría traducir en una oportunidad para China. De todos modos, dichas cantidades serán insuficientes para cubrir la demanda de los asiáticos, por lo que necesariamente dependerán del gas americano. De ser así, ¿Qué le pesará más a China, su política energética o una guerra comercial con los americanos?

Adrián Gil | Energy Consultant

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