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Este último invierno, las temperaturas sufridas a lo largo y ancho del continente europeo han sido notablemente bajas. Como consecuencia, la demanda de gas natural se ha disparado en varios países llegando a puntas máximas y creando dificultades para satisfacer las necesidades de sus consumidores.
Y es que es un hecho que la Unión Europea depende de países no-miembros para su abastecimiento de esta materia prima. Según los últimos datos disponibles y la trayectoria histórica, Europa importa más de la mitad de la energía que consume y en el caso del gas, hasta un 70% (fuente: BP Statistical Review 2016). A todo esto, añadir que 18 miembros de la unión tienen una ratio de dependencia energética superior al 90%.
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En un informe reciente, la International Energy Agency avisaba de que dichas importaciones podrían ascender a niveles del 80% hacia 2030. Además, la producción primaria de gas en Europa es decreciente (se estima un decremento del 25% entre 2015 y 2025. (f: ENTSOG), siendo los principales productores Holanda y el Reino Unido (que es ya de por sí un mercado limitado por su aislamiento con Europa).
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Los datos expuestos son clara evidencia de la alarmante dependencia de Europa para el suministro de gas. Ante esta situación, el sentido común llama a diversificar las fuentes de suministro para reducir el riesgo ante conflictos geopolíticos o causas de fuerza mayor. ¿Pero existe realmente esa diversificación necesaria?
Importaciones
En 2014, el 69.1% de importaciones de gas a Europa provinieron de Rusia y Noruega. En 2016, la cifra aumenta hasta el 76% (45% Rusia y 31% Noruega).
La compañía estatal Gazprom generó un total de 419 bm3 de gas en 2016, con capacidad de generar otros 150 bm3. De dicha cantidad, suministró alrededor de 158.6 bm3 (Δ12%) a los 28 países de la Unión (que ha visto su demanda de gas ruso incrementada en un 23%, en parte por los esfuerzos de desmarcarse del carbón) y cerca de 220 bm3 nivel doméstico. Veamos algunas de las importaciones por países (fuente:Reuters):
- Reino Unido: 17.8 bm3 (Δ60%)
- Francia: 11.5 bm3 (Δ18%)
- Polonia: 11.1 bm3 (Δ24%)
- Austria: 6.1 bm3 (Δ38%)
- Holanda: 4.2 bm3 (Δ77%)
- Dinamarca: 1.7 bm3 (Δ156%)
- Alemania: 49.8 bm3 (Δ10%)
Cabe destacar que el suministro de gas ruso abastece principalmente al Este de Europa, y en menor grado a la parte Occidental (exceptuando a Alemania, que depende del mismo para un 43% de su consumo), dado que son los mercados con un acceso más inmediato.
En cuanto a España ve el 55% de su demanda cubierta desde Argelia por tubería y parte de GNL, y un 10% desde Qatar. Otro ejemplo lo vemos en Francia, que dispone de la fuente de suministro de gas más diversificada de Europa, dividiéndose en envíos desde Noruega, Holanda, Rusia y otros vía GNL (Argelia, Qatar, Libia…).
Las vías de suministro ruso
![pipelines](https://magnuscmdblog.files.wordpress.com/2017/02/pipelines.png?w=720)
Vale la pena analizar brevemente las vías que emplea Gazprom para penetrar en los mercados europeos y expandir su alcance a nuevos mercados. Repasaremos los pipelines más relevantes que abastecen a la Unión, y los proyectos en los que está invirtiendo el gigante del gas:
Nord-Stream: Esta tubería es uno de los principales medios de exportación de gas a Europa, atraviesa el Mar Báltico directamente a Alemania. Alcanzó un récord de suministro de 165 millones m3 el pasado 4 de enero. Su capacidad inicial se ha incrementado en un 10%. El tránsito de gas se intensificó después de que la Comisión Europea permitiera a Gazprom emplear el 90% de la tubería Opal (que conecta el grid europeo con Nord-Stream).
Ahora se desvía parte del gas que pasaba por Ucrania (Yamal) a esta línea de suministro, dado que las fees de tránsito son más baratas. Sin embargo, a principios de Febrero Gazprom anunció la intención de reducir exportaciones en un 5%, lo que sin duda presionará los precios al alza.
Nord-Stream 2: Todavía en desarrollo (con varias compañías como partners, su coste oscila entorno a los 9.9 billones €), será una tubería paralela a Nord-Stream para duplicar su capacidad de suministro. Contará con dos enlaces de 27.5 bm3 anuales. Además, desde Gazprom confirman que podría abastecer al Reino Unido a través de la conexión BBL de Holanda.
Por otro lado, supone una alternativa para el by-pass a Ucrania, que no compra gas ruso desde 2015 . Existe un conflicto geopolítico desde la anexión de la P. de Crimea en 2014 por parte de Moscú, y un problema de impago por parte de Naftogas a Gazprom por cláusula Take-or-pay).
Urengoy-Pomary-Uzhgorod: Es la mayor ruta de transporte de gas ruso, con capacidad para 100 bm3 anuales. Atraviesa Ucrania llegando hasta Eslovaquia, donde el gasoducto se divide y se redirige a la República Checa.
Yamal-Europe : Esta polémica tubería atraviesa Bielorrusia y Polonia, con los que Rusia ha mantenido discrepancias comerciales en los últimos años. Proporciona 33 bm3anuales de gas.
Polonia se está planteando no prolongar el acuerdo de transito de gas con Gazprom, que expira en 2022. Si no se llegase a un acuerdo, el suministro a Europa por parte de esta vía podría peligrar y afectar notablemente a Alemania, entre otros.
Turkstream-Southstream (complementing Bluestream 16 bm): También en desarrollo (con una inversión de 7 billones €) cruzará el Mar Negro, y dispondrá de dos enlaces: uno destinado a los consumidores de Turquía, y otro orientado al sur de Europa. Ambos contarán con 15.75 bm3 anuales)
La estrategia
Rusia está moviendo ficha, y con grandes maniobras de logística se las está ingeniando para que prácticamente la totalidad de Europa pueda recibir su suministro. Este año Rusia ha cubierto 2/3 del incremento EU de importaciones de gas, ampliando así su market share.
El país dispone de las mayores reservas del planeta de gas natural, aunque la licencia comercial para Gazprom está limitada actualmente a 5.000 billones de m3. No me cabe duda de que, si existe la posibilidad real de incrementar el market share en Europa, esas licencias se ampliarán desde el Kremlin.
No obstante, si revisamos la evolución del balance de Gazprom de los últimos años, vemos variaciones decrecientes, lo que indica que dan prioridad a la cuota de mercado por encima del nivel de precios. Al echar un vistazo a la evolución de su cotización bursátil (ver N4), se aprecia claramente la situación delicada que atraviesa la compañía.
![gazprom-stocks](https://magnuscmdblog.files.wordpress.com/2017/02/gazprom-stocks.png?w=720)
Además, el precio del gas ruso sigue siendo el más competitivo ($165-$170/1,000 cu m), haciendo que otras alternativas supongan un sobrecoste. Tomemos por ejemplo los precios de gas NYMEX, (que están alrededor de 114-121$/1.000 m3). Pero cuando le añadimos costes de regasificación, transporte y demás el precio se encarece significativamente.
Sin embargo, cuando los contratos forward de gas ruso empiecen a recoger los repuntes alcistas del crudo tras los acuerdos de la OPEP, es posible que algunos hubs europeos ofrezcan precios más competitivos, y ahí la demanda de gas ruso podría reducirse. Pero las vías de acceso seguirán estando presentes, para cubrir cualquier incremento en la demanda con un precio competitivo y fiabilidad.
Cabe recordar que existe una dependencia mutua, dado que de la misma manera en que Europa requiere del gas ruso, Rusia requiere de los flujos monetarios europeos para cubrir parte de su presupuesto estatal. Europa es para Gazprom su mercado más lucrativo, dado que a nivel doméstico sus ventas decrecieron un 7% (volumen) y en los países anteriormente miembros de la URSS un 19%. Es por tanto evidente la importancia de Europa como cliente de Gazprom, (hecho que otorga de misma forma cierto poder de negociación a la Unión ) , dado que Rusia no tiene muchas más alternativas de exportación, por ahora.
Rusia no puede utilizar esta coyuntura como arma económica llevándolo al extremo, dado que significaría perder un cliente muy importante y sin duda su economía se resentiría. Como mucho, puede emplearse de manera limitada y estratégica como elemento de presión. La clave reside en lo que pueda durar esa dependencia de Rusia sobre los ingresos que recibe de Europa.
La Unión puede tratar de buscar alternativas. A través de un incremento en capacidad de licuefacción, tratará de incrementar el share de GNL como alternativa de suministro (Estados Unidos, Qatar, Noruega, Argelia en el sur…). Sin embargo, la mayoría de envíos GNL se están desviando a mercados más rentables (premium), por lo que los flujos de GNL a Europa serán por ahora mucho menores que los del gas ruso. Además, ante la esperanza de hacer de mercados como el MIBGAS la gran alternativa al suministro de gas Europeo (contando con 7 regasificadoras) , se oponen los obstáculos de que por ahora Alemania prefiere el gas ruso y a Francia, no parece interesarle mejorar la interconexión con la península (ver: midcat project).
Javier Palazón Nadal | Energy Consultant
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