El sector del carbón está afectado desde hace tiempo por un exceso de oferta, especialmente en los últimos dos años, con la ralentización de la economía y la caída de la demanda debido a medidas contra el cambio climático y el impulso por utilizar energías de origen renovables. Sin embargo, estamos siendo testigos de un aumento considerable de los precios en los últimos meses y queremos entender los motivos.

Tras la cumbre de París a finales del 2015, todos los focos se volvieron hacía el sector energético por su contaminación y en especial sobre la industria del carbón.

China – Camino a la energía limpia

China ha sido el mayor productor de carbón en las últimas tres décadas. Actualmente produce el 47% de la producción total de carbón mundial (de los 7.800 millones de toneladas de producción mundial, 3.874 los produce únicamente China). Además, el país consume más de la mitad del consumo total de carbón del mundo. China es el tercero a nivel mundial en lo relacionado con las reservas de carbón. Se estima que el país utiliza la mitad de su carbón para la generación de energía, lo que representa más del 80% de la producción eléctrica del país.

Sin embargo, el gigante asiático está apostando por la diversificación energética haciendo una apuesta importante por las renovables y tratando de dejar de depender lentamente del carbón. Por este motivo, el Gobierno Chino dio a conocer los nuevos esfuerzos para optimizar el sector del carbón, a inicios de año, mediante la mejora de las industrias tradicionales y eliminando sistemas productivos que han ido quedando obsoletos, tratando de mantener el empleo estable. Por ese motivo, se plantearon como objetivo reducir la capacidad de producción de carbón en 250 millones de toneladas durante este año, ampliando el recorte en 500 millones de toneladas en los próximos ejercicios, además de reservar enormes cantidades de fondos para ayudar a los trabajadores desplazados como resultado de estas medidas.

La producción de carbón de China cayó un 10,2% interanual en los primeros 8 meses del año, hasta situarse en 2.180 millones de toneladas. No obstante, únicamente había alcanzado el 38% de su objetivo para la reducción de la producción de carbón.

El hecho es que, a día de hoy, creemos que los esfuerzos de China por reducir su protagonismo dentro del sector del carbón, podrían haber funcionado demasiado bien. Los precios de referencia tanto en Asia y Europa han subido más de un 50% este año después de la aplicación de estas medidas. La reducción de suministro interno chino ha obligado a aumentar las importaciones de carbón, como se puede observar en el siguiente gráfico, de Corea del Norte, Indonesia, pero sobre todo por parte de Australia (principal punto de referencia de precios para la región de Asia y un proveedor central de China).

No todo es China

No obstante, los precios no solo han estado presionados al alza por este país, ha habido otros factores de apoyo, incluyendo la demanda firme de los mercados desarrollados como Corea del Sur, y en la mayoría de los mercados emergentes, así como recortes de producción en Indonesia, debido a las fuertes lluvias y Australia por descarrilamientos de trenes puntuales, y el precio del petróleo en subida, han contribuido a la recuperación del carbón.

Por la parte de Estados Unidos, el segundo productor mundial (12%), también con las exportaciones de capa caída debido a que China e India han elegido producir su propio carbón en lugar de importarlo de los EUA dentro del contexto de reducción del consumo en general.

A lo anterior habría que sumarle que estamos en una época del año en la que, en nada, llega el invierno y la demanda de combustible aumenta con el objetivo de evitar una posible escasez en el suministro.

Carbón con futuro negro

El problema del carbón es que, básicamente, la industria del carbón no ha seguido el ritmo de los avances tecnológicos en la industria del gas natural en concreto, y en el campo de la energía en general.

Mientras que el factor de calor (que es una medida de eficiencia) de las plantas eléctricas de carbón se ha mantenido prácticamente constante, la intensa labor de I+D en las turbinas de gas de ciclo combinado está llevando a calentar con factores que son un 40% mejor que los generadores de carbón. Además, los ciclos combinados ofrecen agilidad superior ante incrementos en la demanda y posibles interrupciones, una ventaja en la fiabilidad de dicha tecnología.

Algo que tampoco ayuda al carbón son los daños ecológicos. En consecuencia, es esencial que los gobiernos descubran tecnologías innovadoras para mejorar la extracción y procesamiento de carbón, teniendo también en cuenta la eficiencia y la importancia de la sostenibilidad del medio ambiente. Es de vital importancia buscar soluciones tecnológicas de larga duración y poner el sector del carbón en un camino que le permita responder mejor a los futuros desafíos globales.

En Europa, junto a la actual situación del carbón tenemos: el reciente aumento de crudo, el debilitamiento de la libra esterlina y la falta de importaciones de gas natural licuado que han coincidido con un clima más frío de lo normal. Pero además añadimos, los cortes nucleares en Europa, que empujan las cotizaciones de los precios eléctricos europeos al alza. Sin duda una tormenta perfecta de señales alcistas de materias primas energéticas, divisas y clima que seguramente venga para quedarse, al menos hasta finales de año.

La industria del carbón se enfrenta a un futuro incierto. Con el paso del tiempo, veremos que el carbón seguirá desempeñando un papel importante dentro del mix energético global hasta dentro de unos cuantos años. No obstante, con el fin de alcanzar los objetivos climáticos, no hay otra opción que eliminar el carbón como fuente de energía, aunque esto deberá hacerse de forma gradual y paulatina.

Sonia Díaz | Energy Consultant

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