En la medida que una empresa desarrolla su actividad económica y cuyos resultados dependen (en mayor o menor medida) del coste de la energía, hay siempre un claro riesgo de desacople entre las expectativas y la realidad.

Toda empresa con una estrategia económica a medio largo plazo tiene que lidiar con cambios regulatorios, tecnológicos, macroeconómicos y siempre con el objetivo de superar todas estas incertidumbres. El impacto de estos cambios influye en el resultado de la organización/proyecto.

A excepción de la industria electro intensiva, las empresas suelen tener estrategias de compra sofisticadas y dirigidas a sus productos o servicios principales. Sin embargo, muchas veces, la energía, por su complejidad y desconocimiento termina siendo una partida con amplios márgenes de mejora en su gestión.

¿Qué pasa con los presupuestos energéticos y su estrategia de compra?

Hablar de una buena estrategia de compra es asegurar que la compra de energía no condiciona la competitividad del producto o servicio.

La primera respuesta a un responsable de compras sobre sus objetivos para con la energía, en la mayoría de los casos es: “…contratar el precio más bajo del mercado …” o “…comprar el precio más bajo que la competencia…” Lamentablemente, para aquellos que entienden el sector, estos no son objetivos realistas ni alcanzables.

A pesar de ello, toda empresa tiene que tomar decisiones en base a unos objetivos realistas y estas decisiones se tienen que basar en una eficaz estrategia de compras. Para ello se tienen que tener en consideración los siguientes puntos:

  1. Plan general estratégico de la empresa.
  2. Necesidades energéticas de la empresa.
  3. Datos financieros y estructura presupuestaria
  4. Conocimiento de los Mercados de referencia.

 ¿Qué estrategia de compra es la más adecuada para mi organización?

El coste de la energía depende de 4 parámetros de los que la empresa debe tomar decisiones:

  1. El perfil de consumo: invertir en eficiencia para bajar consumos.
  2. Mercado de referencia: Entender la referencia, el producto y sus riesgos.
  3. Negociación del proveedor: Buscar al mejor partner para el contrato energético.
  4. Costes regulados, tasas e impuestos: Conocer su estructura

La partida más relevante y con más incertidumbre es la “2”. La energía es una commodity y como tal depende de un mercado financiero con altos niveles de volatilidad e imposibilidad de predicción. La única manera de no quedar a merced de un mercado que no controlamos es el de establecer estrategias activas sobre el mismo.

El riesgo existe sí o sí pero, ¿quién lo asume?

La definición de la estrategia de compra energética está dirigida al desarrollo de la actividad, para ello es importante tener en cuenta 2 premisas:

  1. Tener o no capacidad de soportar el precio de energético volátil, trasladando incrementos o decrementos del coste a su producto final.
  2. Tener claro el límite presupuestario, si es estricto o debe estabilizarse.

Con la estrategia definida y el presupuesto marcado, se puede poner en marcha la búsqueda del perfil ideal de compra, es decir, encontrar la modalidad que mejor representa su empresa.

Tipología de perfiles

Cuando se desea asumir una posición conservadora teniendo un presupuesto controlado y con cierta anticipación, se debe enfocar las atenciones a una Estrategia de Supervivencia.

Una estrategia de supervivencia persigue subsistir en un entorno hostil, conservando su cuota de mercado, y donde los incrementos del mercado no podrán ser trasladados al precio final de producto.

Sin embargo, puede que esté restricta a un numero de proveedores pequeño para ofrecerle tal producto, que a su vez puede haber poca competencia de oferta.

Por otro lado, adoptar una metodología audaz con el fin de aumentar eficiencia y adaptabilidad en una diversificación de riesgo, lo relacionaríamos a la Estrategia de Riesgo Presupuestario.

La tipología de esta estrategia enfoca una modalidad de compra de energía indexada, que hace hincapié en la posibilidad de monitorizar el precio futuro de forma diaria. Esta operación dependerá de la toma de decisiones a largo plazo con gestión a dos o más años vista.

También, es posible apuntar a una estabilización presupuestaria, donde los costes energéticos deben estar previamente cerrados y si puede elegir modalidades de contrato entre precio fijo y los multiclicks.

En el precio fijo, puedes conoces de antemano el precio de la commodity, sin depender de fluctuación de mercado. Sin embargo, dicha modalidad suele ir asociada a contratos con permanencia, por lo que a largo plazo podría;

  • Resultar menos económico
  • Con probabilidad de alejarse de la realidad de mercado y competencia
  • Por la no diversificación, cuando la gestión de presupuesto es a un año vista

En una segunda modalidad de contrato, aun en la estrategia de riesgo, están los multiclicks que pueden ser más valorados por sus posibilidades de diversificación mediante compras parciales dentro del contrato.

La diversificación, tan mencionada en esta estrategia es inherente por su marco de gestión de mercado y toma de decisiones. Hay un camino a recorrer donde conjuntamente a un presupuesto definido, hacer un seguimiento del mercado es imprescindible para asegurar que la oportunidad y/o riesgo no pasen sin que sean detectados.

Hay una serie de tácticas para orientarse en esta estrategia que pueden ser marcadas en escenarios a la baja, plano o al alza, teniendo posiciones bien definidas en cada una de ellas, de esta manera se construye el precio del contrato en las compras (o clics, como son nombrados).

En este entorno, llegamos a la Estrategia de Mercado, que orienta a la capacidad que tiene la empresa en trasladar incrementos o decrementos de costes energéticos a su producto final, por ello puede soportar en precio expuesto a volatilidad del mercado.

En esta estrategia no hay presupuesto estricto y hay un cierto apetito al riesgo, que están asociados a:

  1. La coyuntura macro del país
  2. Con el mercado de referencia
  3. Con la competencia existente

Aunque el presupuesto no sea austero, es imprescindible aplicar principios de segregación de tareas en la gestión de riesgo por un valor de referencia, y a través del seguimiento, lograr una reducción cuando el mercado permita.

En su fortaleza, es una estrategia que puede estar en un momento de compra mejor que la competencia y la posibilidad de no pesar al producto final el incremento.

El punto débil y de relevancia, es que bajo decisiones internas tiene poca agilidad o efecto y pueden tener impacto en la rentabilidad de la operación.

Fundamentalmente, es una estrategia basada en la identificación de mejor momento de compra con una visión holística de riesgo y que añade enfoques hacia el risk management.

Sin lugar a duda, el precio final dependerá del proceso de una definición de estrategia consistente, que estará preparada para actuar en el mejor momento del mercado.

Alinear los niveles estratégicos en la compra de energía con resultados sustentables, significa posicionarse ante al mercado con innovación y ventaja competitiva.

Priscila Scheel| Energy Consultant

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