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En el mundo de la energía, todos sabemos que, en lo que respecta al carbón, nadie supera a China – que triplica en volumen de producción al segundo país de la lista, los EE. UU.
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Figura 1. Producción (izquierda) y consumo (derecha) de carbón, por país, en millares de millones de toneladas (Fuente: EIA)
Pero ser el más grande no significa estar exento de problemas. Y China se enfrenta ahora a uno que quiere resolver imponiendo severas restricciones a la importación de esta materia-prima. Dada su gran cuota de mercado, está claro que esto influenciará al mercado global.
Un poco de contexto
La historia comienza en 2015. En aquel entonces, las amenazas de impagos masivos de bonos por parte de las empresas de carbón amenazaban al sector financiero Chino (puede leer más sobre los temas de Winsway, Sichuan o ChinaCoal). Además de esto, hace mucho que era más favorable a un comprador chino comprar carbón importado (transportado por vía marítima) en lugar de carbón doméstico, ya que este último necesita ser transportado a las regiones industriales del sur desde el lejano norte. La inversión en infraestructura ferroviaria de norte a sur ha mejorado este problema, pero nunca lo resolvió realmente.
Entonces, en una gran baza política, Beijing aprovechó esta nueva oportunidad para seguir reformando la industria pesada del país bajo el pretexto (¿o disfraz?) de recortar su propia producción nacional de materiales de baja calidad y mejorar su medioambiente.
Lo que siguió fue una intervención masiva en la producción nacional de carbón, iniciada a mediados de 2016, donde el Gobierno restringió las jornadas laborales en las minas de carbón. Esto funcionó, pero también provocó un fuerte aumento en los precios domésticos del carbón, que aumentó de 390 CNY/t (aprox. 60 USD/t) a mediados de 2016 hasta más de 600 CNY/t (87 USD/t) en solamente 6 meses.
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Figura 2. Escalada del precio del carbón nacional en China en el año comprendido entre abril de 2016 y abril de 2017
Esto trajo un soplo de aire fresco a la moribunda industria del carbón. Las empresas de minería en pérdidas volvieron a ser rentables, ya que esto dio lugar a una situación en la que China buscaba importar materiales de mayor calidad, aumentando los precios de estos productos en todo el mundo.
Sobre el problema
Pero la senda alcista en los precios no se esperaba, así que se eliminó la restricción laboral, aunque el núcleo de la política permaneció el mismo y gran parte de la capacidad que se retiró se mantuvo apagada. Sin embargo, el efecto secundario de dicha subida de precios ya había llegado: las utilities China comenzaron a tener problemas financieros.
Consideremos por ejemplo Huaneng Power International (o HNP para sus amigos más cercanos). El brazo bursátil del mayor productor de energía de China, a fines del año pasado, acaba de registrar su peor pérdida neta trimestral desde la crisis financiera de 2008. Además de esto, los medios chinos han estado informando sobre desacuerdos entre generadores y vendedores desde hace un tiempo, culminando en enero con la noticia de que los cuatro principales generadores de carbón enviaron una carta urgente a Pekín advirtiendo que muchas plantas en todo el país se estaban quedando sin efectivo para comprar carbón y que los bancos estaban limitando los préstamos (más información aquí y aquí).
Ahora, en lugar de tener problemas financieros en sus minas de carbón, China acaba de agregar la perspectiva de una deuda cada vez mayor también en su sector de utilities, a lo cual responde fusionando una de las utilities más grandes (China Guodian Corporation) con la empresa de carbón estatal (Shenhua Group Co., Ltd.), para formar un gigante llamado China Energy Investment Corp LLC.
Pero, por lo menos su producción interna de carbón volvió a aumentar de nuevo, lo que ayudó a regular los precios y Pekín comenzó (ligeramente) liberando la presión al sector del carbón (es decir, tirando atrás sus promesas de volverse “verde”) e incluso aprobó cinco nuevas grandes minas de carbón desde enero. Y así, en este primer trimestre del año en curso, la producción de carbón creció hasta los 804,5 millones de toneladas (más del 3,9% interanual).
Sin embargo, la producción de carbón de China en marzo cayó a 290 millones de toneladas, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas. Aunque este volumen sigue siendo 1.3% más alto que el pasado mes de marzo (interanual), es el más bajo desde octubre. Se puede decir que no es inusual que los precios caigan después del pico de demanda de invierno, y sería correcto, si no fuera por la montaña rusa de precios que le siguió y que terminó con los precios domésticos del carbón cayendo un 20% desde sus valores en Enero: una clara señal de exceso de oferta.
El mayor productor de carbón de China, China Shenhua Energy, redujo recientemente sus pronósticos de ventas y producción, reduciendo su producción en un 1.8% en comparación con el año anterior y sus expectativas de venta en un 3%. Por lo tanto, si la República Popular China no quiere que sus compañías de carbón vuelvan a incumplir con sus obligaciones, los precios internos deberán subir sin perder ventaja competitiva contra Indonesia y Australia.
La solución china
Para contrarrestar el problema de exceso de oferta, acabar con la sed de los traders por carbón importado más barato (de Australia e Indonesia) y apoyar la producción nacional de carbón, Pekín ha hecho lo que siempre hace: regular de nuevo.
En una aparente reminiscencia de los «Puertos Abiertos» del Tratado de Nanjing en el siglo XIX, se puede considerar que los puertos del país se encuentran divididos en dos clases según su grado de apertura: un puerto Clase I, por ejemplo, permite que mercancías y personas extranjeras entren y salgan de su territorio, mientras que un puerto de Clase II solo permite el ingreso de nacionales y bienes chinos, así como personal bilateral de países vecinos.
Por lo tanto, para lograr sus objetivos, el estado impuso restricciones comerciales y portuarias al carbón extranjero en puertos de Clase I (e incluso de Clase II) en el Sur y Este del país. Esto significa que los traders ya no podrán acumular stocks en los puertos para revender más tarde, sino que se verán obligados a encontrar compradores finales para los cargamentos que sigan llegando. Sin embargo, incluso los compradores finales ahora tendrán que negociar buque por buque y enfrentarse a inspecciones y controles aduaneras más estrictos. Muchos generadores de energía, por ejemplo, están presentando apelaciones con el objetivo de, por lo menos, obtener el permiso para ejecutar los contratos existentes con extranjeros.
En resumen, los chinos crearon otra situación confusa, alimentando más incertidumbre en el mercado, con muchas embarcaciones que ahora no pueden atracar en los puertos principales.
Desde el fin de semana del 15 de Abril, las importaciones de carbón térmico y coque en los puertos del este de China, como Fangcheng y Zhoushan, ahora están restringidas, mientras que en la costa sur, las autoridades portuarias de la provincia de Fujian (donde se encuentra el puerto de Xiamen) están informando a las empresas de acero que, en su caso, las restricciones son, en efecto, una prohibición total a la descarga de esta materia-prima.
Según algunas fuentes, este estado de cosas durará hasta que los precios del carbón térmico chino se estabilicen, lo que, según algunos analistas, puede significar al menos 6 meses, aunque se prometen revisiones mensuales de la situación (y los ajustes de restricción correspondientes).
Los efectos en la región
En la fecha de este artículo, las importaciones de carbón marítimo de China habían caído a 3,45 millones de toneladas (en la semana que finalizó el 21 de abril), un 30% menos que el promedio semanal de este año hasta el momento.
Ciertamente, las noticias de las restricciones impulsaron los precios internos, con los futuros de referencia de carbón térmico en el ZCE saltando casi un 3% el 16 de abril, cerrando a 570,2 CNY/t (o 90,7 USD/t), la mayor ganancia desde agosto pasado. Aunque el control de precios interno de Beijing no es «oficial», en la industria se cree que un rango anclado a los 550 CNY/t (alrededor de 88 USD/t) es un nivel que el gobierno considera que equilibra las necesidades de las utilities y de las empresas mineras. Además, a menos que algo cambie, este es un nivel de precios que hace que el carbón doméstico sea competitivo (si tenemos en cuenta los aranceles y los demás impuestos a la importación).
Por lo tanto, a nivel nacional, el objetivo no es tanto administrar el precio sino, probablemente, reducir las importaciones a los niveles de 2017. Por lo tanto, es expectable que las importaciones de carbón se reduzcan gradualmente en los próximos meses, ya que todos los stakeholders saben que una caída en las importaciones en esta temporada intermedia (entre el invierno y el verano) no es un gran problema para los exportadores.
Los problemas surgirán si hay una caída sostenida de las importaciones. Y este es un escenario que puede suceder. Incluso si las exportaciones de China se ven afectadas como resultado de esta política, tiene el musculo financiero para apoyar a sus industrias impulsando el crecimiento interno mediante una mayor inversión en infraestructuras, tanto en China como en otros países (recuerde la nueva iniciativa china «belt and road»).
Los efectos en el API2
Aunque tiene reservas muy grandes de carbón, de hace muchos años a esta parte, la UE es un importador neto de este producto, principalmente desde Rusia, Colombia, Estados Unidos, Sudáfrica y Australia. Además, aunque la producción doméstica está cayendo rápidamente, la industria pesada en la UE todavía depende en gran medida del uso del coque.
Aunque nuestras principales fuentes de importación no se sobrepongan directamente con la región de Asia-Pacífico, cuando hay problemas con sus principales proveedores, particularmente Indonesia y Australia, China recurre a otras fuentes. Y también hay que tener en cuenta el flete, que afecta al equilibrio de la oferta y la demanda, centrándose en regiones específicas en tiempos de gran demanda. Esto significa que los precios del carbón en todo el mundo tienden a estar altamente correlacionados en la mayoría de los casos.
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Figura 4. Ejemplo de la correlación de precios en los últimos 5 años de los Índices FOB McCloskey para el carbón desde varios orígenes
Por esto nos centramos en los contratos de derivados para garantizar una buena gestión de riesgos dentro de este mercado, y nuestro punto de referencia es el Índice API2. Esta es la referencia de precio principal para los contratos de carbón físico y extrabursátil (OTC) en el noroeste de Europa, actuando como proxy de los precios CIF (coste, seguro y flete) del carbón entregado a la región ARA (Ámsterdam-Rotterdam-Amberes).
Aunque los contratos de futuros API2 abrieron el lunes con ganancias, desde entonces han corregido a la baja. Asimismo, todo está muy reciente en este momento, y solo el tiempo dirá por cuánto tiempo permanecerán estas restricciones, cómo las compañías chinas cumplirán con sus compromisos previos, cuán solventes serán las compañías mineras chinas después de esta maniobra y cómo reaccionarán los exportadores.
Sin embargo, si China reduce significativamente su nivel de importaciones, podremos ver un mercado más competitivo para el carbón.
Hugo Martins | Analista
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