El precio del CO2 está en boca de todos y se suma a las preocupaciones de los consumidores que llevan aumentando sus costes por la compra de energía desde verano de hace un par de años. Empezando por la sequía que sufrimos en el país desde inicios del 2016, pasando por la crisis nuclear en Francia ese mismo invierno, sumado a la continua subida de los precios del carbón presionado por China y un petróleo sin parar de escalar. Debemos sumar también la acentuada subida de los precios de los derechos de emisión, que ya apuntaban maneras a mitad de año triplicando su precio medio histórico, referencia que ha llegado a quintuplicar a la vuelta de vacaciones.
Una sesión ha bastado para que los precios de los derechos de emisión suban casi 4€/MWh el pasado 10 de septiembre, acumulando ya una subida de 17,72€/MWh desde inicios de año y alcanzando el valor máximo de últimos 10 años, convirtiéndose para la UE en una pesadilla. El sistema de ETS se instauró para descarbonizar los mercados energéticos en el continente, desplazando a la industria energética del uso del carbón hacia combustibles más limpios como el gas natural o las energías renovables, pero de momento ni se ha suprimido el carbón y encima está presionando aún más si cabe los mercados energéticos.
¿Cómo puede ser que un mercado supuestamente controlado, haya sufrido tanta volatilidad?
El rápido aumento de los precios alcanzando máximos de 10 años, seguido de fuertes pérdidas en las siguientes sesiones con una alta volatilidad en los precios, indican claramente la presencia de dinero especulativo en el mercado. Tal y cómo se mueven las commodities, el mercado del CO2 ha atraído a especuladores interesados en obtener rentabilidades rápidas y son los están provocando volatilidades de más de 5€/MWh en intradía. Particularmente cuando los indicadores subyacentes a la demanda siguen arrojando señales alcistas a los mercados energéticos a plazo.
Otro punto que soporta el movimiento especulativo, ha sido la inmediata corrección a la baja de los precios que los situaron a niveles de los precios de agosto tras las informaciones de una intervención en los precios por parte de la Unión Europea, ya que como se indicó en el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (más info en el enlace al blog), un comité designado para tal función podría intervenir en los precios en el caso de que estos se triplicara el precio medio de los últimos dos años durante seis meses.
Ya que ésta subida afecta directamente a la competitividad de la industria no solo española sino europea que aun no han tenido el tiempo suficiente para trasladar la directiva europea a cada país. Sobre todo, los que fueron más ambiciosos a la hora de establecer objetivos, como son Dinamarca, Irlanda y Suecia, todo y no ser los más contaminantes. Y como no, UK, Alemania y Francia por encontrarse en la franja alta de los países más contaminantes del continente.
Aun así, existe un fundamental del que no se habla tanto y es anticipación a la puesta en marcha de la Market Stability Reserve (MSR). Un mecanismo que servirá a la Unión Europea para ajustar la oferta de derechos a medida que Europa vaya prescindiendo de las centrales de carbón. De modo que, mercado está descontando una reducción en la oferta de derechos antes de tiempo.
Por lo tanto, la situación actual es la siguiente; mercados eléctricos en precios máximos debido a factores meteorológicos y a que el carbón está aumentando de precio de forma más lenta que el gas natural, esto ha abierto de nuevo la veda al carbón, de manera que, mientras el carbón siga participando en el mix de generación, la demanda de derechos seguirá manteniéndose y por ende mantendrá sus precios elevados. En función del país, el cambio de carbón a gas será rentable cuando los derechos de emisión alcancen valores de 30-35€.
La UE instauró el sistema de emisiones con el objetivo de no perder la competitividad en mercados internacionales, eligiendo así un mecanismo que se autoajustara en función del cumplimiento de objetivos en la reducción de emisiones. Sin embargo, parece que el sistema se ha convertido en el negocio perfecto para traders con poder de alterar el equilibrio del mercado. Y llegados a este punto, nos lleva a plantearnos si hubiera sido mejor una tasa fija a las emisiones frente a un mercado sujeto a altibajos que afectan principalmente a la estabilidad de la economía de la UE.
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