«Blockchain» (BC). Esa palabra se ha convertido, en el último año, en parte de la jerga de cualquier ejecutivo moderno. Mucho se escribió y se dijo. Las expectativas eran enormes, pero a día de hoy no vemos la materialización de todos los discursos que se vendieron. Un tema que es aún más notorio en el mundo de la energía, un entorno altamente regulado, muy resistente a cualquier cambio, por pequeño que sea. Tratemos de averiguar cómo se encuentra el sueño de la energía descentralizada.

Cryptos: el barómetro del BC

No hace falta mirar muy lejos para conocer el estado del mundo del BC. Desde que estalló la burbuja, las dos mayores criptomonedas (por capitalización de mercado) perdieron la mayor parte de su valor. Sin embargo, debido a su propia naturaleza, cuentan dos historias muy diferentes.

Fig.1 – Precio del Bitcoin (BTC) y Ethereum (ETH) desde octubre de 2017

Fig.1 – Precio del Bitcoin (BTC) y Ethereum (ETH) desde octubre de 2017

Bitcoin es la criptomoneda original. Es más antiguo, completamente internacional y ya lo utilizan la mayoría de los sectores de la economía (incluidos los ilegales). Aunque, en esta fase, no se parece en nada a lo que se preveía que fuera [1], su resistencia como activo financiero es clara, como lo demuestra el precio de soporte que ha alcanzado. Sin embargo, temas como los siguientes, llevaron a la devaluación masiva de BTC en los últimos 10 meses:

  • La falta de previsión en cuanto a los conocimientos de seguridad y la inversión necesaria para mantener una moneda descentralizada permitió una secuencia masiva de hackeos que borraron miles de millones de dólares – desde carteras privadas hasta bolsas enteras;
  • La sucesión de controversias y demandas, que van desde estafas obscenamente millonarias hasta compañías que pierden su dinero debido a direcciones incorrectas;
  • La fuga de los fondos de inversión que sólo buscaban aprovechar el enorme impulso que BTC logró a principios de este año (y el efecto rebaño que generó);
  • Aunque aparentemente ahora está por debajo del umbral de rentabilidad, los ingresos de los mineros de BTC fueron enormes en los últimos seis meses, con las tasas medias de hash casi triplicándose desde enero, mientras que las transacciones se mantuvieron constantes después del estallido (ver imagen 2), en otras palabras, el desequilibrio entre la oferta y la demanda no ayuda.

 [1] Hay preocupaciones de que el BTC es todo menos descentralizado, particularmente cuando se trata de la actividad de minería, y que su uso es más dañino que positivo. No voy a ahondar en eso, y dejaré esa especulación para el lector.

Fig.2 – Transacciones en BTC vs. Hash rate desde noviembre 2017 [fuente: blockchain.com]

Fig.2 – Transacciones en BTC vs. Hash rate desde noviembre 2017 [fuente: blockchain.com]

Ethereum (o Ether/ETH), por otro lado, es una criptomoneda de soporte, utilizada por aplicaciones y sistemas descentralizados para pagar las tarifas de transacción y otros servicios en la red de BC Ethereum. Además, en esta red, en lugar de minar BTC, los nodos ganan Ether por su esfuerzo a la hora de realizar las operaciones subyacentes a cada acción. Por lo tanto, el valor de la ETH se asocia principalmente al grado de desarrollo (y uso) de la red Ethereum.

Aunque es una moneda «funcional» (a diferencia de BTC, su atractivo no está en el poder de descentralización que ofrece), la ETH (como todas las demás) se vio atrapada en la espiral de precios al alza que, junto con la calidad y madurez de su sistema, impulsó un interés masivo en realizar ICOs con esa moneda (ICO es un nombre elegante para financiación colectiva). Esto significa que, en este momento, la mayoría de los proyectos de BC se soportan en esta red, por lo que el hecho de que el valor de ETH haya caído tanto, es un claro indicador de que los proyectos de BC están teniendo dificultades para despegar (ver en la imagen 3 cómo el volumen de transacciones no se correlaciona con los fondos recaudados). Para empeorar las cosas, como las ICOs fueron recaudadas en ETH, cuanto más esta baja, más dinero de financiación (en dinero fiduciario, es decir, en Euros) pierden. Esto ha originado un enorme volcado de ETH en el mercado spot (i.e. en las “bolsas” públicas de criptomoneda) por los proyectos de BC, con el objetivo de asegurar su financiación en dinero fiduciario.

A largo plazo, mientras algunos afirman que lo único que Ethereum necesita es estabilidad y tiempo, otros afirman que la red no puede escalar lo suficientemente rápido y que los proyectos existentes basados en ella no están creciendo, lo que eventualmente llevará a que otras redes y tecnologías se maduren y se apoderen del lugar de destaque que actualmente ocupa Ethereum. Además, los gobiernos están inventando formas de someter los activos criptográficos a impuestos, lo que está provocando más incertidumbre en un mercado ya de por sí incierto.

Fig.3 – Transacciones ETH vs. recaudación de fondos vía ICO desde noviembre 2017 [Fuentes: etherscan.io, coinschedule.com]

Fig.3 – Transacciones ETH vs. recaudación de fondos vía ICO desde noviembre 2017 [Fuentes: etherscan.io, coinschedule.com]

Proyectos de BC centrados en la energía

LO3 es probablemente uno de los proyectos más antiguas (y más reconocidos) de BC en ámbito energético. Existe desde 2015, poco después del debut de Ethereum, cuando empezó a conectar a vecinos con (y sin) paneles fotovoltaicos en una microrred en Brooklyn, Nueva York. El proyecto marcó todas las casillas y acertó en todas las palabras clave y pronto salió de Brooklyn a la escena internacional.

En la actualidad, el producto estrella de LO3 es su plataforma Exergy, con la que intenta aprovechar el reconocimiento y la experiencia que ha adquirido para dar el primer impulso a la creación de un gran mercado energético paralelo basado en microrredes. A nivel local hay muchos proyectos de menor envergadura que persiguen el mismo objetivo (de todas las formas y tamaños) y, como todas las iniciativas de este tipo, LO3 tampoco presenta un camino claro sobre cómo abordará, con una sola plataforma, las diferencias en las condiciones geográficas, las diferencias en la calidad tecnología y de la red eléctrica, las diferentes madureces del mercado y, sobre todo, cómo asegurar que el marco regulatorio no arruine su modelo de negocio.

La Energy Web Foundation (EWF) apareció para ayudar (parcialmente) a resolver este problema, tratando de cerrar la brecha entre los proyectos BC y los agentes institucionales, al mismo tiempo que intenta acelerar el desarrollo de aplicaciones en este segmento (mediante el open sourcing de su tecnología). El objetivo final es llegar, a medio plazo, a algún grado de estandarización, de modo que puedan empezar a surgir sistemas complejos basados en BC en lugar de sólo pequeños sistemas y experimentos aislados.

Climatecoin (una empresa mayoritariamente española) es un interesante caso de uso del BC en el sector energético, que opera en un mercado estrechamente relacionado con la energía, pero no limitado por ella. Su objetivo es convertirse en la plataforma de referencia de comercio P2P para créditos de carbono, mediante la fijación de su token al sistema CER. Aunque ha tenido mucha publicidad, incluyendo se publicitó la posibilidad de comprar su token en una tienda local a través de otra plataforma llamada Tikebit, no pude encontrar ninguna aplicación o implementación real de esta plataforma.

Fig.4 – Índice de precios de tokens de energía, y respectivos volúmenes (POWR/PYLNT/SNC/ETK) desde enero

Fig.4 – Índice de precios de tokens de energía, y respectivos volúmenes (POWR/PYLNT/SNC/ETK) desde enero

Si nos centramos en los muchísimos proyectos que han ido a por una ICO, las cosas se nos van de las manos muy rápidamente (como podemos ver claramente en la imagen 4 con la caída masiva de su valor). Aunque es difícil determinar exactamente cuántas ICOs relacionadas con la energía han sucedido, si miramos a uno de los varios agregadores de ICOs – ICObench –, vemos que este agregador lista unos 137 proyectos de BC relacionados con energía en busca de financiamiento serio. De ellos, 68 ya han finalizado sus rondas de financiación. Sobra decir que, con las sumas recaudadas, no vemos la materialización de esta inversión.

Conclusiones

El documento fundacional de Nakamoto consideraba que bitcoin era una forma de evitar las «debilidades del modelo basado en la confianza», eliminando así los costes de la mediación y (quizás de forma involuntaria) anarquizando la moneda en el proceso. La red de energía es un sistema intrínsecamente centralizado y necesita desesperadamente una vuelta para hacer frente a la nueva mezcla de tecnologías de generación y almacenamiento, permitiendo así que la generación distribuida florezca y se estimule la inversión en I+D.

Sin embargo, la existencia de grandes productores y de una red nacional es también un requisito técnico de las redes de energía tal y como las concebimos, ya que proporcionan una carga base y un respaldo absolutamente necesario. Si siempre deben existir, entonces deben ser financiados. Y si no son financiados por un modelo de negocio sostenible, entonces serán mantenidos indirectamente por nuestros impuestos. Por lo tanto, creo que, si BC ha de prosperar en el mundo de la energía, no puede ser una batalla entre nosotros y ellos. No puede ser disruptivo, tiene que ser cooperativo.

Y, en mi opinión, esta es exactamente la razón por la que no existe una verdadera prueba de concepto a escala en torno a la tecnología BC en el mundo de la energía. Todo lo que hemos visto hasta ahora son enormes sumas de dinero recaudadas en activos financieros que desde enero han perdido casi 10 veces su valor y sin resultados tangibles.

Hasta que los agentes recientes y ya establecidos se reúnan y acepten operar un sistema grande (no sólo firmar un papel, tomar una foto, hacer publicidad en los medios de comunicación o pagar una cuota) de forma descentralizada, es decir, donde la confianza entre los agentes es establecida por el diseño del propio sistema, sin una supervisión significativa por parte de ninguno de ellos ni de terceros, construyendo juntos estándares que permitan a los grandes actores existentes diseñar modelos de negocio adaptados a esta nueva realidad del mercado (sí, las grandes empresas también necesitarán un lugar), Blockchain sólo seguirá encontrando más y más barreras políticas e institucionales.

Hugo Martins | Analista

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