¡230%! Así han aumentado los precios del carbono, formalmente conocidos como European Union Allowances (EUAs) desde el confinamiento en marzo de 2020, debido a la pandemia. Incluso ignorando ese evento, este mercado subió de 25 €/ton a 51 €/ton, más del doble de su valor en menos de un año.
Figura 1 – UCE Y+1. Fuente: M·Tech.
La tendencia actual recibe dos tipos de reacciones: por un lado, algunos la han celebrado, apoyándola como la «motivación» necesaria para que las empresas aceleren su descarbonización; por otro, algunas voces de preocupación se alzaban debido al impacto de este sobrecoste en la rentabilidad y competitividad de los negocios.
En el ámbito político, la Comisión Europea defiende y apoya la tendencia actual afirmando que no debe producirse ninguna acción o «intervención» para estabilizarla, mientras que algunos gobiernos se preocupan por los daños económicos por la presión adicional sobre la industria, bien como el riesgo de la fuga de carbono.
A pesar de los sentimientos vividos, la dura verdad es que los precios del carbono tienen que subir para acelerar la descarbonización y cumplir con el objetivo de la UE de convertirse en Net Zero hasta 2050.
¿Pero, el ETS está dando resultados?
El Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea (EU ETS) es el mayor régimen multinacional de comercio de derechos de emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del mundo y es una de las piedras angulares de la política de la Unión Europea para luchar contra el cambio climático y alcanzar los objetivos del Green Deal establecidos. El sistema representa el 40 % de las emisiones totales en la UE y cobre los sectores de centrales eléctricas, plantas industriales y compañías aéreas que operan en Europa.
Los datos oficiales de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) confirmaron que en 219 hubo una reducción de las emisiones de GEI en un 24% por debajo de los niveles de 1990, con una reducción de casi el 80% en el sector de la calefacción y la energía. Los datos preliminares apuntan a otra reducción en 2020, debido principalmente a una menor demanda de energía y un menor uso de carbón. Los números a continuación muestran que el ETS está funcionando ya que el sector energético es el único que no tiene asignación gratuita de EUAs, por lo que el impacto de los precios del carbono es mayor.
El régimen de comercio de derechos de emisión (ETS), también conocido como cap-and-trade es un enfoque basado en el mercado para controlar la contaminación al proporcionar incentivos económicos para reducir las emisiones de contaminantes.
Una autoridad central, normalmente una entidad gubernamental, asigna o vende un número limitado de permisos que permiten una descarga de una cantidad específica de un contaminante específico durante un tiempo determinado. Los contaminadores están obligados a tener permisos encantidad igual a sus emisiones. Los contaminadores que quieren aumentar sus emisiones deben comprar permisos a otros dispuestos a venderlos.
El EU ETS se encuentra actualmente en la Fase 4 que se extenderá entre 2021 y 2030.
Figura 2: Emisiones EU-ETS. Fuente: Refinitiv.
El ETS es una de las piedras angulares del Green Deal de la UE
El 11 de diciembre de 2019, Ursula Von der Leyen anunció el EU Green Deal, un conjunto de políticas y estrategias desarrolladas para luchar contra el cambio climático y hacerlo sostenible económica y socialmente. Se fijó el ambicioso objetivo de reducir las emisiones de GEI, que pasaría del 40% al 55% (de los niveles de 1990) para 2030 y se alcanzaría el nivel neto para 2050 (Net Zero).
Para alcanzar un objetivo tan ambicioso, la Unión Europea está basando una parte importante de la estrategia en el éxito del EU ETS, creyendo que un enfoque basado en el mercado es la forma más transparente de fomentar la adopción de soluciones más respetuosas con el medio ambiente.
El nuevo objetivo establecido llevó a la necesidad de ajustar el actual paquete de la Fase 4 y la primera discusión preliminar oficial sobre los ajustes tuvo lugar en la reunión especial del Consejo Europeo del mes pasado (24 – 25 de mayo) en Bruselas, donde el paquete «Fit for 55» se dio a conocer antes de la votación final programada para julio.
A partir de esa sesión, se discutieron tres puntos principales:
- La CE propuso un nuevo régimen de comercio de derechos de emisión solo para el transporte por carretera y los edificios, excluidos los del actual Reglamento de la UE sobre el reparto del esfuerzo (EFR).
- El Carbon Boarder Adjustment Mechanism (CBAM).
- Fin de los permisos de carbono gratuitos para la industria pesada.
El primer punto planteaba preocupaciones sobre la riqueza y la desigualdad social, ya que la creación de dicho mercado esperaría afectar directamente a los automóviles diésel y a los sistemas de calefacción doméstica, por lo tanto, a los ciudadanos. Se espera que las familias de bajos ingresos sean las que terminen sufriendo debido a la falta de capacidad para cambiar fácilmente a soluciones más medioambientales. Las expectativas apuntan a un precio más bajo en comparación con el mercado actual de ETS, pero aún así, debería seguir la misma tendencia alcista para impulsar la transición.
El siguiente punto discutido fue el CBAM, un mecanismo diseñado para garantizar que las importaciones de industria intensiva en carbono de terceros países, que no tienen obligaciones ambientales tan estrictas como la UE, paguen una cantidad similar al precio del carbono de la Unión Europea. Este mecanismo es crucial para reducir el riesgo de «fuga de carbono» al hacer que la industria europea sea competitiva al tiempo que se cumplen los objetivos climáticos de la UE, sin embargo, las preocupaciones importantes en torno a posibles guerras comerciales o perjudican a las industrias europeas que necesitan importar materias primas.
En consonancia con el punto anterior, las directrices de la UE sugieren que la aplicación del CBAM significaría el fin de la asignación gratuita para la industria pesada europea, que todavía podría verse afectada en caso de competir con otras regiones sin políticas medioambientales tan estrictas.
Otros regímenes de comercio de derechos de emisión
En la actualidad existen algunos regímenes de comercio de derechos de emisión además del EU-ETS, siendo que el más reciente se ha puesto en marcha en el mes pasado en el Reino Unido. Este año, China también lanzó su mercado de ETS, con un 30% de las emisiones totales chinas, lo que lo convierte en el mercado de carbono más grande del mundo.
También hay sistemas similares cap-and-trade en América del Norte, con uno que une California (EE. UU.) y Quebec (Canadá) y otros estados que tienen sus propios mercados de ETS. El año pasado México puso en marcha su piloto y se espera que protagonize la fase 1 durante este año.
En Asia, el Gobierno Metropolitano de Tokio y la Prefectura de Saitama están integrados en un mercado conjunto de límites máximos y comercio desde 2011 como un esquema nacional en Japón. Corea del Sur también implementó su mercado de ETS en 2015 y cubre el 70% de las emisiones nacionales de GEI de industrias i edificios. Actualmente se encuentra en la tercera fase (2021-2026).
En Europa hay otro mercado de ETS en Suiza que se vinculó al EU-ETS en enero de 2020.
Hay otros 7 países, como Colombia, India y Chile y 8 estados de los EE.UU. que tienen legislación en consideración o en desarrollo activo con el objetivo de lanzar sus mercados brevemente.
Figura 3 – Regímenes de comercio de derechos de emisión en todo el mundo.
Fuente: Climate Policy Info Hub.
Consumidores Finales
Los precios del carbono (EUAs) afectan directamente a los precios de la electricidad, ya que las eléctricas se ven obligadas a comprar derechos de emisión por cada tonelada de CO2 emitida a través de la quema de carbón y/o gas natural para generar energía. El precio del carbono impacta entre el 25% y el 60% de los precios de la energía española, dependiendo de la participación de los combustibles fósiles en el mix energético. Este hecho es una de las principales razones de la actual volatilidad del mercado y de los altos niveles de precios en el mercado OMIE.
Además del coste de la electricidad, se espera que los costes del gas natural y de demás productos de origen fósil se vea aún más presionados en los próximos años, afectando enormemente a las industrias y a los hogares, no solo en el «precio de la commodity», sino también en los impuestos adicionales que podrían ser aplicados por los gobiernos bajo el EFR.
El paquete «Fit for 55» podría aportar más claridad sobre la velocidad del aumento de los precios del carbono para los próximos meses (y años), con proyecciones actuales de diferentes fuentes que apuntan a rangos entre 80 y 180 €/tonelada hasta 2030.
Todavía no está claro cuál será el paquete final que la Unión Europea para el “Fit for 55”, pero es importante que logren equilibrar la urgencia de cumplir los objetivos climáticos definidos con una transición justa al nivel económico y social.
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